El título se vuelve un acertijo

Campeón del 2000. Con ese apetecible título en juego y a las puertas de un importante cambio de reglas y de un nuevo formato de competición, empieza hoy una nueva edición de la Euroliga. Un año la ganó el Partizán, otro el Limoges y el último el Zalguiris Kaunas. Es un torneo imprevisible en el que se ha repetido muchas veces la historia: los más inesperados se han llevado el gato al agua.Las previsiones iniciales retratan lo más rutilante y comercial del momento: griegos con el talonario presto, italianos en horas dulces tras su título en el Eurobasket, incluso los clásicos españoles resueltos a remontar su último desastroso bienio en el que han estado lejos de llegar a la fase final. Pero los avatares de la competición, larga y con muchas cribas, resolverán un acertijo en el que el factor ambiental promete pesar lo suyo porque esa fase decisiva se disputa en Salónica, la ciudad donde el baloncesto se vive con exceso y locura. Si alguno de los equipos griegos sigue en pie el 18 de abril habrá que ver quién es capaz de superarlo allí.

El trío español lo forman este año el Barça, que vuelve después de su paso triunfal por la Copa Korac, el Caja San Fernando, que se planta en la línea de salida por segunda vez en su historia, y el Real Madrid, que intentará mejorar su flojo papel del año pasado.

La competición no va a dar tregua, y la primera jornada de hoy ya presenta dificultades para los tres equipos españoles. Servirá además para que debute el flamante fichaje del Real Madrid, el base yugoslavo Sasha Djordjevic, que lo hará en Eslovenia, frente al Olimpia Liubliana (20.30), un buen equipo aunque en proceso de renovación. Djordjevic reafirmó ayer su intención de no prestarse a avivar el fuego de la polémica por las diferencias que tuvo con Aíto y por el hecho de que éste decidiera prescindir de sus servicios en el Barça. "Los medios de comunicación de Barcelona se van a aprovechar de ello y van a atacar a Aíto, pero yo no tengo nada contra él. Hemos tenido una buena relación profesional y hemos ganado juntos en la cancha. Es una cuestión que quiero cerrar pero sé que es imposible. Decidieron no renovarme y punto, pero dejo muy buenos amigos y dos años muy buenos que llevaré en mi corazón", señaló ayer el base yugoslavo.

El Barça recibe al CSKA (20.30, Canal 33). El equipo ruso, tercero en 1996, ha reforzado su ya de por sí excelente plantilla con la incorporación del lituano Einikis. El Barça afronta el partido con la baja de Rentzias, recién operado de una rodilla y que no podrá reaparecer hasta dentro de tres meses.

El Caja San Fernando recibe al Efes Pilsen de Estambul (20.30, Canal 2 Andalucía). El equipo turco maneja uno de los presupuestos más importantes del continente y lo ha invertido en completar una plantilla realmente temible con jugadores de la categoría de Turkoglu, Kutluay, Besok, Drobnjak y el pívot estadounidense Mark Jackson.

Esta temporada, más que en ninguna otra, será trascendente el cómputo global de los equipos españoles. Al margen de que los dos finalistas de la Euroliga estarán directamente clasificados para la siguiente edición -privilegio del que antes ni siquiera se beneficiaba el campeón-, los doce primeros países de la clasificación europea que establece la FIBA podrán alinear un equipo cada uno; y los cuatro primeros, dos cada uno. Los países con representación en las semifinales de la Copa Saporta también contarán con una plaza más. Los 24 clubes que empezarán la competición se completarán con dos invitados por la FIBA en función de varios criterios, especialmente económicos.

A partir de la temporada 2000-2001 entrarán en vigor nuevas normas de juego, algunas trascendentales como la reducción del tiempo de posesión de 30 a 24 segundos, y cuatro tiempos de diez minutos.

Hasta que eso suceda, los multimillonarios bolsillos de los clubes griegos (Panathinaikos, Olimpiakos y PAOK), italianos (Varese, Benetton y Paf Bolonia -nueva denominación del Fortitudo-) y turcos (Ulker, Efes y Tofas Bursa) parten como principales favoritos a suceder en el trono al Zalguiris Kaunas. Los lituanos fueron campeones la pasada temporada con un presupuesto de apenas 500 millones, un ejemplo para los clubes con menos poder inversor.