Desestiman que el amianto causara el cáncer que mató a un mecánico

Un juzgado de lo Social de Vitoria ha dictado una sentencia en la que rechaza que la muerte de un mecánico de coches ocurrida en abril de 1997 debida a un cáncer tuviese como origen la exposición de este trabajador a fibras de amianto. Los familiares de Santiago Busto, fallecido por un mesotelioma peritoneal a los 49 años, después de haber trabajado tres décadas en la firma Garaje Moderno, denunciaron a la empresa, a la Seguridad Social y a la mutua laboral ante los tribunales, en demanda de que fuera reconocida la dolencia como una enfermedad profesional, circunstancia rechazada por la jueza. Los argumentos esgrimidos en la sentencia, recurrida en la actualidad ante el Tribunal Superior del País Vasco, se basan en que la empresa no realiza trabajos de riesgo, al ser considerada un concesionario de coches y no un taller mecánico. El fallo destaca que las inspecciones de trabajo realizadas no detectaron niveles de fibra de amianto nocivos para los trabajadores de la empresa, que además fueron sometidos a controles médicos que no arrojaron problemas de salud en ninguno. Los demandantes ponen de relieve que el 95% de los mesoteliomas peritoneales similares al que padeció Busto procede del asbesto, material de propiedades similares al amianto. El periodo de latencia de la enfermedad supera los cinco años. Subrayan que el mecánico desarrolló su actividad más importante entre los años sesenta y setenta, cuando la utilización industrial de este producto no estaba sometida a controles. De manera paralela a la vía laboral, un juzgado de lo Penal tramita una querella presentada por los familiares de Busto contra los responsables de la empresa y dos inspectores de Trabajo por homicidio involuntario y creación de riesgos laborales.