Unipublic pide a los árbitros que acaben con las irregularidades
Directores y organización son conscientes del problema, pero mandan los árbitros. Muchos directores se quejan de que en esta Vuelta los comisarios miran para otro lado y se están prodigando las acciones irregulares en carrera. Está a la orden del día agarrarse al coche, pedirle al público un empujoncito para superar una rampa. "Si no abren la mano, llegamos a Madrid con 60 corredores", disculpa un director español. No fue el caso excepcional de la subida al Angliru, donde más de medio pelotón subió en volandas empujado por un público excesivamente deseoso de colaborar ("apenas me percaté de la rampa del 23%", llegó a decir el alemán Macel Wust entre sonrisas). Es el caso de muchas otras etapas. La permisividad ha dado paso al descaro, "y eso no favorece a la Vuelta", reconoció Víctor Cordero, director deportivo de la Vuelta. "Le hemos pedido a los comisarios que extremen las medidas en las próximas etapas de montaña. Se acabó la fiesta: la Vuelta merece llegar a Madrid con toda la dignidad, pese a quien pese".Hace unos días escaparon tres corredores del pelotón buscando unirse a un grupo de fugados. Dos de los tres lograron agarrarse a sus respectivos coches para poder enlazar con el grupo que iba por delante; el tercero, naturalmente, se quedó con cara de tonto: por más que aceleraba, sus colegas se le escapaban sin remedio. Tanto que terminó reprochándole a su director que no hubiera hecho lo mismo. Esta situación se multiplicó sobremanera en los Pirineos, hasta el punto de que hubo división de opiniones por la repesca de 45 corredores en la etapa reina. Según algunos directores, muchos de esos repescados se estaban excediendo con las irregularidades. No sorprendió a nadie que Marcel Wust fuera sancionado el lunes con 200 francos suizos (unas 20.000 pesetas) por agarrarse a un coche. Según algunos directores, "Wust lleva media Vuelta agarrado a un coche". La organización de la Vuelta conoce las quejas y vería con buenos ojos alguna determinación más tajante, la expulsión de la carrera por ejemplo, para poner un poco de orden. Pero en la carrera no manda Unipublic sino los comisarios. Y los árbitros son intocables.
A la hora de juzgar esta permisividad hay división de opiniones. Hay quienes piensan que esta Vuelta está siendo muy dura. "Estamos a final de temporada, la Vuelta es muy competitiva, lo está siendo más este año por la dureza del recorrido y por la dureza del clima. Si los comisarios se ponen muy estrictos, los extranjeros se van a casa". Algunos equipos están cerca de hacerlo casi al completo, caso del Lotto belga, al que le quedan dos corredores, el Cofidis, al que le quedan tres o el US Postal, al que le quedan cuatro. "Bueno, tres y medio", dice su director, Johan Bruyneel, como anunciando una próxima retirada. En una etapa como la de ayer, se produjeron tres abandonos: quedan en carrera 123 corredores de los 189 que tomaron la salida. Sólo Vitalicio y Banesto aguantan al completo. Pero ¿es necesario que para ello, se agarren de los coches?
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