LUIS GARCÍA BERLANGA DIRECTOR DE CINE "Los críticos me han dado una caña tremenda desde "La vaquilla"
A Berlanga, Bardem y Buñuel le llamaban en norteamérica el trío de los transgresores. Los estudiosos del séptimo arte aseguraban que estos tres directores eran los únicos que se atrevieron a levantar la voz en los difíciles años de la dictadura. Sin embargo, a Luis García Berlanga (Valencia, 1921) no le gustaban sus propias películas. Títulos como Bienvenido Mr. Marshall (1952), Plácido (1961) o El verdugo (1963), consideradas como obras maestras del cine español, no lograron satisfacer a su propio creador. Ninguna de sus películas, salvo París-Tombuctú -que el pasado viernes se estrenó en un centenar de cines de toda España- ha dejado contento al director. García Berlanga, de 78 años, ha plasmado en la que anuncia como su última película todas sus obsesiones. El director pasó ayer por Sevilla para presentar el filme en el que intervienen Michel Piccoli, Concha Velasco y Santiago Segura, entre otros. Pregunta. Mientras usted asegura que París-Tombuctú es su mejor película, algunos críticos opinan justamente lo contrario, ¿A que podría deberse opiniones tan enfrentadas? Respuesta. La verdad es que no lo sé. Antes todos los críticos, o el 95%, decían que mis películas eran extraordinarias; pero a partir de La vaquilla (1984) me han dado una caña tremenda. El director François Truffaut, que fue también crítico, escribió después de ver Calabuch (1956): "Viendo esta película uno desea que la bomba atómica caiga por fin, pero sobre la cabeza del director". P. ¿Le preocupan las críticas negativas? R. No, nunca le hago caso a los críticos. Los que la han visto se dividen en tres grupos, como si se tratase de posibles votantes. Están los del voto de la desesperación, los que han salido llorando y dicen que es una película conmovedora; los que creen que es muy dura y los que, como yo, piensan que es super divertida. P. ¿ Qué consejo le daría usted a un futuro espectador? R. Que entre en el cine con cuerpo de jarana, con ganas de reírse y, después, salga diciendo ¡Qué mala leche tiene Berlanga! P. Usted asegura que su película tiene mucho de autobiográfica, pero termina con una frase lapidaria: Tengo miedo. ¿La suscribe? R. La verdad es que ahora, a pesar de mis 78 años, no tengo miedo. Estoy cabreado por los achaques físicos e, incluso, afectuosos, pero no sé por qué razón no tengo miedo. P. ¿Es verdad que se trata de su última película? R. Tengo fuerzas para hacer 20 películas más, pero como todos dicen que ésta es mi testamento cinematográfico el resto de mi vida lo dedicaré a un proyecto que me han encargado: construir el mejor complejo audiovisual de Europa en Valencia.
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