Los niños regatean en San Juan

Más de 60 veleros surcaron ayer las aguas del pantano de San Juan. En ese escenario se celebró ayer el Campeonato de España de Vela por equipos de la categoría optimis, la embarcación más pequeña dentro de la competición. Doce equipos procedentes de 11 autonomías y formados cada uno por cinco niños con edades entre 8 y 15 años lucharon en el pantano madrileño. El campeonato se celebró por primera vez en aguas madrileñas. Consistió en competir todos los equipos entre sí para clasificarse para la fase final. En cada manga luchaban ocho regatistas pertenecientes a dos clubes. Pertrechados con chalecos salvavidas, un pequeño remo y un achicador de agua, los participantes tenían que quedar primeros en un recorrido de un kilómetro aproximadamente, tras cubrir un cuadrilátero señalado con boyas. Una de las ventajas de regatear en un pantano fue que los participantes no tenían que enfrentarse con el oleaje marino ni con los vientos abiertos. Ayer sopló una ligera brisa del sur.

"Lo bonito de esta categoría es que los niños se inician en la dureza de las regatas. En este tipo de barcos no se puede dejar trincada la vela, y como no llevan protecciones para que no entre el agua, los chavales tienen que achicarla rápidamente. Les hace ser muy despiertos y pensar rápido", explicó el presidente del Real Club Naútico de Madrid.

En esta entidad, fundada en 1958 y ahora con 220 socios, se entrenó en los años setenta el rey de España.

La vela es, según Martín, uno de los deportes más completos para los jóvenes. A la formación física se une el desarrollo mental. De hecho, hay que tomar decisiones en segundos para ganar al contrincante y poner en práctica las tácticas que se han aprendido en tierra durante meses. "A la vela le llaman el ajedrez del mar. Tienes que luchar contra el viento, saber manejar la vela y el timón, y ver en todo momento lo que está haciendo el contrario. Lo que piensas tienes que hacerlo en el acto, y todo movimiento tiene una gran importancia", señaló el presidente del club madrileño. Por último, los chavales también se relacionan con gente de otros lugares y conviven durante los días de competición. "No es un deporte enlatado, que dure 90 minutos y se acabe. Aquí, los chavales han convivido durante cuatro días. Cuando uno de ellos tenga que ir a Barcelona, por ejemplo, se llamarán y quedarán con sus amigos", explicó Martín.

Los veleros optimis tienen 2,3 metros de eslora y una vela de pequeñas dimensiones. Este barco se creó a finales de los cincuenta en Miami, después de transformar un cajón de maderas con ruedas en una embarcación. Cuesta entre 300.000 y 500.000 pesetas. "En contra de lo que mucha gente suele pensar, la vela no es para nada un deporte caro. España tiene muchos kilómetros de costa y con gran cantidad de lagos y pantanos en el interior en los que se puede practicar", señaló el secretario nacional de la clase optimis de la Federación Española de Vela, Rafal Munilla Zabalza. En España hay unos 1.600 regatistas de clase optimis. En la región, el número se reduce a unos 30, según Luis Martín.