Dos platos o tres; ésa es la cuestión
Habrá camillas y bombonas de oxígeno en la cumbre, mientras los equipos deciden qué desarrollo deben usar los corredores para subir rampas tan duras
Las extremas condiciones del Angliru se manifiestan en el cúmulo de precauciones que ha adoptado la organización y los protagonistas de la carrera para evitar que pueda vivirse una situación de caos. Cómo será la ascensión que hasta la Guardia Civil sólo desplazará 15 de las 54 motos de que dispone en esta Vuelta a lo largo del recorrido del puerto y en condiciones especiales: no podrán seguir al mismo ritmo que los ciclistas ( a una velocidad muy baja) para evitar que se calen, debido a las altas pendientes. Semejantes precauciones obran para los coches de los equipos, con el temor de que se caliente en exceso el motor. La organización vive pendiente del parte meteorológico, que anuncia riesgo de lluvia, lo cual puede complicar la etapa e incluso propiciar su anulación, aunque, ayer, el director de la Vuelta, Enrique Franco, fue tajante: "Creo que, por la expectación que se ha creado, hay que subirlo aunque llueva". Corredores y equipos echan cuentas del material necesario para la subida. Dos platos o tres platos, ésa es la cuestión. Las características de la subida obligan a un esfuerzo extraordinario por parte de todos. La organización puso dos condiciones al municipio de la Riosa: que ensancharan 10 curvas hasta los 18 metros para permitir el paso de los camiones que transportan el material de la Vuelta, y que no se disputara ninguna carrera oficial hasta hoy. A partir de ese momento, Unipublic ha tratado de ajustar todos los detalles, debido a la falta de infraestructuras en la cumbre del Angliru. Se han instalado unas carpas pequeñas (una para cada equipo) para acoger a los corredores, carpas que contarán con una camilla para que descansen, e incluso con bombonas de oxígeno para facilitar la recuperación. Se ha limitado el acceso de periodistas y coches de los equipos y seguidores. Todo el mundo ha puesto de su parte.
Quedan los ciclistas y sus directores. ¿Qué harán?, ¿usarán un desarrollo especial?, ¿acaso el triple plato?. Hay equipos que han aprovechado esa circunstancia para jugar al gato y al ratón y mantienen la decisión en riguroso secreto. Para dar ambiente al asunto, esa postura la han adoptado Banesto y ONCE, equipo éste del que se especula puede usar un plato especial, dada la inclinación de Manolo Sáiz a las novedades técnicas. Pero esa actitud contrastó con la de otros equipos. Tal fue el caso del Mapei, cuyo jefe de prensa se acercó por la sala de prensa para comunicar que Tonkov cambiaría su bicicleta en la base del puerto por una del modelo Z-40 de algo menos de siete kilos de peso, ruedas más pequeñas, doble plato y una multiplicación máxima del 39 por 25 (3,02 metros por pedalada). Una vez conocida la decisión de Tonkov, algunos colegas españoles le alertaron que no era suficiente, y el mismo jefe de prensa acudió a matizar que habría alguna modificación en el desarrollo, para hacerlo más suave todavía. El equipo Telekom sorprendió ayer en la salida de Salamanca con las bicicletas con triple plato ya instaladas. A eso se le llama previsión. Álvaro Pino (Kelme) lo había confirmado hace una semana: "Usaremos triple plato desde la salida, porque no podemos prever si será posible un cambio de bicicleta en la base del puerto".
El triple plato permite a los corredores usar un desarrollo más suave en caso de que no puedan con la pendiente: por ejemplo, un 32-25, que significa avanzar 2,70 metros por cada pedalada, un desarrollo de cicloturista, algo diferente del que se suele usar en una dura etapa montañosa por un especialista: por ejemplo, un 39-21 (3,80 metros de avance por cada pedalada). Usar el triple plato tiene un riesgo estético: ver a un ciclista dando pedaladas muy rápido para avanzar muy despacio, una circunstancia que se entiende como una humillación para un profesional. En el argot, se dice que uno hace el molinillo cuando pedalea mucho y casi no avanza.
Usar dos o tres platos causa también preocupación a los médicos: al montar tres platos en lugar de dos, el conjunto tiene 5 milímetros más de anchura, lo que significa una leve desviación en el movimiento de las piernas a la hora de dar pedales. Para algunos médicos, esa mera desviación puede provocar lesiones en la rodilla, una de las articulaciones más sensibles del ciclista.
Y luego está la táctica, la carrera, la batalla. Kelme anuncia que romperá las hostilidades mucho antes de que se llegue al Angliru. Es su turno, si quiere poner en lo más alto del podio de Madrid a Escartín o quien sabe si a Heras. Los demás actuarán en consecuencia. Así hasta ese puerto desconocido y terrible, donde se esperan secuencias nunca vistas del ciclista derrotado por la montaña. Pero para algunos especialistas, la dureza no estará tanto en el puerto como en la disposición de los corredores y en las condiciones meteorológicas. Para que exista épica tiene que haber batalla y condiciones extremas y ésas, a veces, vienen directamente del cielo.
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