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Davenport salva dos bolas de partido y elimina a Pierce

La campeona se une a Hingis y Venus Williams, que jugarán una semifinal explosiva

Sentada en su silla, tapándose la cara con sus manos, Mary Pierce intentaba evitar a toda costa que las lágrimas afloraran en sus ojos. Acababa de disponer de dos bolas de partido para dejar el Open de Estados Unidos sin campeona, y en la segunda incluso levantó los brazos para celebrar su victoria, convencida de que su revés había entrado. Pero se lo cantaron fuera. Y Lindsay Davenport acabó ganando por 6-2, 3-6, 7-5 en 2 horas y 1 minuto. Fue la situación que nadie quiere vivir. Davenport comenzó el partido de cuartos de final con una solvencia que no admitía dudas. Pero luego, en la segunda manga, Pierce no sólo le dio réplica sino que se la comió. El partido, pues, recomenzó en la tercera y decisiva manga. Y cuando Pierce, campeona del Open de Australia en 1995 y finalista allí en 1997 y en Roland Garros en 1994, le rompió el servicio en el séptimo juego, todo pareció sentenciado. La francesa, nacida en Montreal (Canadá) y residente en París y en Brandenton (Florida), dispuso de 5-3 y sirvió para el partido con 5-4. Se colocó 40-30 y Davenport salvó aquella bola de partido con un revés cruzado sobre la línea. Luego dispuso de un segundo match-ball, en el que se jugó un golpe de revés cruzado que rozó la línea, pero se le fue. Y entonces llegó la lluvia y una hora de parón.

Pierce tardó en descubrir que llovía. Se mantuvo sentada en la silla de pista sin sentir, aparentemente, nada más que la crueldad del momento que estaba viviendo. Su aspecto delataba una profunda desesperación. Daba la sensación de que sabía que acababa de perder su oportunidad. Y así fue. Cuando ambas regresaron a la pista, Davenport estaba más serena. Y eso le bastó. Ganó su saque y se lo arrebató a Pierce, que concluyó desquiciada, con una doble falta.

Davenport, que a sus 23 años tiene dos títulos del Slam en su palmarés (Open de EEUU 98 y Wimbledon 99), se unió a Martina Hingis y Venus Williams, que mañana viernes serán protagonistas de una semifinal explosiva, en la que van a dirimirse muchas más cosas que las puramente deportivas. Davenport se enfrentará a la ganadora del partido Serena Williams-Monica Seles, que no había concluido al cierre de esta edición.

Hingis supo sacar provecho del viento en su partido de cuartos de final, y afirmó incluso que le había ayudado contra la alemana Anke Huber (6-2, 6-0). Cometió sólo 15 errores no forzados y fue la que menos sumó. "En el tenis actual hay jugadoras que pegan desde los dos lados unos golpes durísimos, otras que son altas y pueden sacar con mayor potencia. Yo tengo que buscar mis propias armas para seguir ganando", analizó Hingis. "Si no utilizara la inteligencia estoy convencida de que nunca habría sido número uno".

Fue un aviso a Venus Williams, que de madrugada logró también su pase a las semifinales derrotando a la austriaca Barbara Schett por 6-4, 6-3. No fue un partido fácil para la estadounidense. Schett, turbada por la pérdida de su madre un día antes del partido, jugó a un altísimo nivel. Y salió de la pista frustrada al comprobar que no podía controlar el torbellino que tenía enfrente. Venus, derrotada por Hingis en la final del Open de EE UU en 1997, es una grandísima atleta, cuya envergadura le permite desarrollar un tenis de gran potencial físico. Schett, de 23 años y 12ª mundial, tuvo que soportar la sonrisa burlona de Richard Williams desde la grada, cuando Venus consiguió su primera rotura en el séptimo juego de la manga inicial. Allí comenzó el camino hacia su derrota. Hingis lleva una ventaja a Venus Williams de 7-3 en sus choques previos.

En el cuadro masculino, el estadounidense Todd Martin (7º cabeza de serie), eliminó al británico Greg Rusedski (9º) en el último partido de octavos de final, tras salvar una desventaja de dos mangas a cero, superar dos bolas de partido en la tercera, y un 1-4 en contra en la quinta manga (5-7, 0-6, 7-6, 6-4, 6-4). Martin, que está trabajando con el español José Higueras, precisó de algo más de tres horas para entrar en los cuartos de final. Su próximo rival será el checo Slava Dosedel (29 años y 95º), que superó a su compatriota Jiri Novak en un largo y disputado partido que acabó con la pista casi vacía. Al cierre de esta edición no habían concluido los partidos de cuartos de final Agassi-Escudé y Krajicek-Kafelnikov.

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