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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Lo que no ha salido bien

Ahora que ha acabado, quizá convenga atender también a las cosas que no han salido bien en el recién terminado Mundial de atletismo. Vivimos en Sevilla y decidimos que había que disfrutar de nuestro Mundial de atletismo. Coincidieron en ello algunos fa miliares y amigos que viven lejos, aprovechando las posibilidades que les daba nuestra, presencia aquí, así que nos organizamos las vacaciones, analizamos el calendario de pruebas y nos presentamos a sacar las entradas que más nos interesaban, para lo que todo parecían ser facilidades.

El primer choque resultó ser que las facilidades eran para pagar (para que la organización cobrara), las localidades te las daban más tarde, y haciendo una buena cola. ¿Tiene algún tipo dé lógica que uno pague sin saber qué es lo que está realmente adquiriendo?

El segundo choque fue que para obtener las localidades había que estar en Sevilla a partir del 1 de agosto y hacer cola en el estadio. ¿Tiene lógica comprometer al público tanto tiempo —la inauguración era el 20— y en una época en que es habitual viajar? Nosotros lo hacíamos, y si no llega a ser por el compromiso que' teníamos con personas de fuera y la amabilidad de un familiar que se prestó a hacemos la cola, hubiéramos renunciado.

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Más aún. Optamos por asistir tres días, en localidades de una misma zona (curva de meta), pero nos interesaba una zona de la curva para uno de los días y otra para los otros dos. Nada de nada. En taquilla todo, eran, prisas y nada atención. Nos dieron una ristra de entradas, todas en el mismo sitio y ninguna en los que nosotros queríamos. Al parecer, elegía el ordenador. Y más. Cuando fuimos el primer día, quedamos espantados. Fila tres de grada alta, junto a una de las escaleras de acceso. Delante, el pasillo de distribución, con gente continuamente circulando, cuando no parándose a presenciar la prueba de turno o a hacerse la foto con el estadio de fondo sin enterarse de que abajo se está saltando, lanzando y corriendo. ¿A quién se le ha ocurrido colocar el pasillo a la altura de las primeras filas y no éstas un poco más altas para mirar por encima de los que circulan? ¿A quién vender esas entradas en esas condiciones? ¿Estadio olímpico? Me temo que falta mucho para eso. Más que mucho. —

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