El ruso Alexánder Jálifman, de 'jornalero' a campeón del mundo
Llegó a Las Vegas (Estados Unidos) hace un mes como un jornalero del ajedrez, acostumbrado a ganarse el pan en torneos de segunda fila; además, su imagen estaba ligada al alcohol. Se marcha millonario, abstemio y campeón del mundo. El triunfo del ruso Alexánder Jálifman, de 33 años, será muy polémico por las ausencias de Gari Kaspárov, Viswanathan Anand y Anatoli Kárpov, así como por el sistema de juego. Pero es legítimo, tras un mes de tremendo desgaste.Jálifman volvió a sufrir en la última partida de la final para doblegar por 3,5-2,5 al durísimo armenio Vladímir Akopián. La sobresaliente actuación de los dos nuevos ricos -que vuelven a sus depauperados países con 85 y 50 millones de pesetas, respectivamente- alimenta un debate de círculo vicioso: los jornaleros no reciben invitaciones a los torneos de élite porque no están entre los 15 primeros del escalafón, y viceversa. Entre las 7 víctimas del campeón en Las Vegas hay tres favoritos: Gata Kamski (Estados Unidos), Borís Gélfand (Israel) y Judit Polgar (Hungría). Jálifman sucede en el trono a su paisano Kárpov, una leyenda viva que se negó a jugar porque la Federación Internacional (FIDE) no le pagó lo que él quería.
Críticas al campeonato
Muy pocos confiaban en que Kárpov, en pleno declive a los 48 años, fuera capaz de revalidar el título. Pero él ha llevado el caso a los tribunales de Lausana (Suiza). Bastantes más seguirán criticando un formato que perjudica a las grandes estrellas porque las cinco eliminatorias a sólo dos partidas -la semifinal es a cuatro, y la final a seis- dejan muy poco margen para remontar tras un error, como pudieron comprobar el español Alexéi Shírov y el ruso Vladímir Krámnik. En otros deportes, como el ciclismo, es normal que el campeón no sea el mejor del mundo, pero Jálifman rompe una tradición secular.El debate más agudo está en otro ámbito: quienes dudan de que Kaspárov es el número uno indiscutible son también poquísimos. Desde que se rebeló y provocó un cisma contra la FIDE en 1993, casi todas sus actuaciones se cuentan por victorias. Fue proclamado campeón por la Asociación Profesional de Ajedrez (PCA), ya extinta, en 1993 y 1996 tras derrotar con claridad al británico Nigel Short y a Anand, respectivamente. Pero no ha defendido ese título desde entonces. A principios de 1998, Kaspárov promovió la creación del Consejo Mundial de Ajedrez, que organizó un duelo de candidatos en Cazorla (Jaén) entre Krámnik y Shírov tras la renuncia de Anand, ligado por contrato a la FIDE. Ganó Shírov pero, ante las primeras dificultades para encontrar un patrocinador que aportase 480 millones de pesetas en premios, Kaspárov decidió que "Anand es más comercial" y se negó a jugar con Shírov. Kaspárov y Anand han firmado un contrato para enfrentarse en otoño pero aún no tienen el dinero. Mientras Kaspárov y Kárpov pasan a engrosar la lista de quienes se consideran campeones en rebeldía, inaugurada en 1975 por el estadounidense Bobby Fischer, y Shírov lame las heridas de la injusticia, hay un solo campeón que cumple un reglamento.
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