Como un toro, Colin Jackson
EE UU sólo había perdido hasta ayer una final de 110 vallas en un Mundial. El evento acaeció en 1993, y el hombre que osó tocar la hegemonía norteamericana en la prueba era nada menos que galés, y no era minero. Se llamaba Colin Jackson, un joven dinámico y alegre. Aquel día de agosto alemán, en Stuttgart, Jackson, de 26 años entonces, batió de paso el récord del mundo (lo dejó en 12.91). A medias repitió ayer en la pista sevillana. Ganó el Mundial, su segundo oro, pero no batió el récord. Marcó unos buenos 13.04 y poco más. Pero corrió como un toro.
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Sobre la firma
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.