El tercer hombre
"Yo cambié de mentalidad en los Mundiales de pista cubierta. Todo el mundo estaba que si tienes que sacar medallas, que ya te toca. Bueno, saqué medalla y me tranquilicé. Desde entonces sé que puedo competir con los mejores y ya no me dejo llevar por los nervios". Andrés Díaz, 30 años, es el tercer hombre, el más veterano del terceto español de mediofondistas en la final, pero el más novato. Cacho y Estévez son especialistas desde la cuna. Fueron estrellas en la categoría júnior y dieron el salto sin dificultades. A Díaz le resultó más difícil. "Yo corría 800 por afición. Me reunía con mis amigos en A Coruña y corría". Durante su etapa como especialista de 800 metros nunca bajó de 1,45 minutos. "No tenía base de velocidad. No me veía con capacidad para progresar en la distancia". A su entrenador, Manuel Pascua Piquera, le pareció interesante que Díaz tuviera una marca de 3,41 en 1.500 sin haberla preparado. Con 28 años, Díaz disponía de margen para dar el salto al 1.500. Lo hizo con resultados espléndidos. A los primeros titubeos -falló en los Campeonatos de Europa del pasado año- ha seguido una temporada espectacular. Tercero en el Mundial de pista cubierta, mejor marca de los españoles durante el verano, y ahora, en la final. En la semifinal se liberó de sus miedos y corrió con soltura y coraje. Nadie repara en él. Díaz se tapa, pero sueña con la sorpresa.
