La Barber de Sevilla

Es el último gran fruto de las colonias. Nació en Freetown, la capital de Sierra Leona, uno de los países asolados en los últimos años por las sangrientas guerras africanas. Se llama Eunice Barber, cumplirá 25 años el 17 de noviembre, mide 1,75 metros y pesa 68 kilos esculturales. Es la sucesora de una figura tan legendaria como la estadounidense Jacky Joyner-Kersee. Aún no se ha acercado a su impresionante récord del mundo de 7.291 puntos, pero es la única que parece tener ya capacidad para hacerlo. En Sevilla, la ciudad a la que asociará ya para siempre su primer gran éxito, han mantenido durante los dos días del heptatlón un duelo magnífico con la británica Denise Lewis, subcampeona mundial en Atenas 97. Y acabó doblegándola. Y no fue un duelo de la anglofonía, entre la metrópoli y una de sus ex colonias. Fue franco-británico. Eunice es francesa desde febrero de este año. Una historia de cómo se puede sacar rendimiento a las nacionalizaciones no ya por influencias políticas o sentimentales, sino por agradecimientos culturales.Barber era una niña cuando empezó a recibir las enseñanzas de un entrenador francés, Dominique Dufour, de la región de la champaña, Reims, ciudad futbolística del Stade, equipo glorioso en los años cincuenta, sólo derrotado por el Real Madrid en las finales de la primera y la cuarta Copas de Europa. Ahora Reims, en horas bajas con el balón, presume de contar con la mejor atleta del mundo en las modalidades más variadas.

No es francesa porque se haya casado con un francés o porque procediera de ex colonias como Camerún (Yannick Noah), Guadalupe (Marie Jose Pérec) o Nueva Caledonia (Christiane Karembeu). Es una raíz cultural, la que la ha llevado a Francia en lugar de al Reino Unido. En realidad, podía haber formado parte del equipo británico, como Denise Lewis, de origen antillano pero nacida ya en el Reino Unido (West Bromwich)

Eunice es más rápida y ágil que potente, pero en cuanto mejore algo sus puntos débiles, especialmente el lanzamiento de peso, amenazará el récord mundial. Su primera jornada matinal fue deslumbrante. Con 12.89 segundos batió su marca de 100 vallas, prueba en la que participará individualmente desde el miércoles; y mejoró en seis centímetros, una enormidad, con 1,93 metros, su registro en salto de altura. Bajó mucho, 12,37 metros, en peso, pues ni se acercó a su mejor marca, 12,87, en los Juegos de Atlanta cuando aún competía con Sierra Leona. Ahí fue donde la adelantó en la clasificación global Denise Lewis, que lanzó 16,12, su récord personal. Le sacó 250 puntos, tras haber hecho 13,61 y 1,87 en las dos primeras pruebas. Pero Eunice remontó en los 200 metros, donde hizo 23.57 segundos por 24.26 de la británica. Tras las cuatro pruebas de la primera jornada, Barber tenía 3.994 puntos y Lewis 3.993. Lewis, con mucho mérito, porque llegó a Sevilla recuperada justo a tiempo de una lesión.

Ayer, en la jornada final, Lewis necesitó una reclamación para no hundirse en la primera prueba matinal de salto de longitud. Se habría quedado con 6,20 metros en el segundo intento, pero tras ver el vídeo por una reclamación suya, el jurado de apelación decidió dar como válido un tercer salto de 6,64. En lugar de 912 puntos, sumaba 1.053, por 1.125 de Barber, que saltó 6,86, otra barbaridad. Después, mejoró también su plusmarca de jabalina y lanzó 49,88 (antes tenía 49,02) frente a 47,44 de Lewis. Llegó al 800 metros final con 120 puntos de ventaja, 5.977 por 5.857. Y también la venció. A falta de Marie Jose Pérec, la triple campeona olímpica de 200 y 400 metros, en Francia tienen a Eunice Barber. De Guadalupe a Sierra Leona. Y ahora de Sevilla también.