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Tránsfugas

Establece la normativa electoral y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional (TC) que en las elecciones se vota a los candidatos y no a los partidos. Esta afirmación no es más que la consecuencia de un fenómeno de los que podemos denominar de "ilusión legal", muy similar a lo que los economistas denominamos como "ilusión fiscal", y que podría explicarse como una situación en la que la ley define como legal lo que no es real. De hecho, la más simple encuesta pondría de manifiesto que en las elecciones se vota al partido y/o al cabeza de lista. (Para hacer la prueba pregunte a su vecino ¿quién iba de numero dos en el partido al que votó en su circunscripción en las tres últimas elecciones? Lo más probable es que no recuerde ni al cabeza de lista, salvo en las municipales). En realidad, lo que hizo el TC y posteriormente la ley fue resolver un conflicto sobre un derecho de propiedad transitorio, el escaño. Lo hizo a favor de las personas y no de los partidos y para ello no tuvo en cuenta la realidad, ni fue plenamente coherente, porque mantuvo la posibilidad de que las renuncias se cubran con los siguientes de la lista del partido o con los suplentes del mismo y no con unas elecciones parciales. A partir de esta situación, el fenómeno del transfuguismo es una consecuencia lógica de la interpretación legal, que normalmente se produce en todos los niveles políticos y que adquiere dramatismo y trascendencia cuando los tránsfugas son determinantes para mantener o cambiar un gobierno. Un tránsfuga que sigue en la oposición no tiene importancia, ni tampoco el que se va del gobierno sin que éste pierda su mayoría. El que tiene importancia es el tránsfuga tipo Bermúdez, que puede hacer cambiar el gobierno. Probablemente, sea legal que cambie el Presidente de nuestros vecinos de Ceuta, pero no deja de ser una degeneración democrática que el destino de una ciudad dependa de la integridad moral, cuando no económica, de un particular. A lo mejor, ahora que el problema del transfuguismo se convierte en cuestión de Estado, podamos aprovechar para modificar la ley y elegir a los alcaldes directamente en un sistema de mayoría absoluta a doble vuelta, para no hacerlos depender de tránsfugas tipo Bermudez.LUIS ÁNGEL HIERRO

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