Aznar asegura que agotará la legislatura y celebrará elecciones en el 2000
El presidente del Gobierno pide a sus socios nacionalistas que mantengan su apoyo
El presidente del Gobierno, José María Aznar, decidió anoche terminar con las especulaciones sobre cuándo habrá en España elecciones generales. El periodo de reflexión que abrió en los primeros días de agosto, cuando empezó su veraneo, lo terminó anoche en la localidad castellonense de Alcora. Los militantes del PP de la Comunidad Valenciana fueron los primeros en saber que Aznar agotará la legislatura. "Mi deseo es terminar la legislatura porque tenemos una mayoría parlamentaria sólida, los ciudadanos nos han ratificado su apoyo [por las elecciones del 13-J] y tenemos todavía cosas que hacer. Por tanto, las elecciones serán en el año 2000". Aznar dio estas razones para precisar que no se trataba ni de intentar batir ningún récord, ni por cuestiones de tozudez.Despejada la incógnita, pasó a hacer un llamamiento a quienes han sostenido su Gobierno en el Parlamento, los nacionalistas catalanes. "Espero que los socios sean capaces de responder al reto de estabilidad que todavía tenemos por delante, y que respondan a pesar de que haya elecciones en Cataluña". Con esta alusión, el jefe del Ejecutivo pide al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que haga esfuerzos por no desmarcarse de las iniciativas del Gobierno a pesar de que la proximidad de las elecciones catalanas está llevando a CiU a tener altibajos en sus apoyos al Gobierno. Lo fundamental es que los nacionalistas catalanes apoyen los Presupuestos Generales del Estado.
Las opiniones de personas relevantes del Gobierno y del partido sobre la conveniencia de que Aznar disolviera las Cortes lo antes posible no han hecho mella en el presidente. "Vamos a llegar al final de la legislatura porque es una cuestión de lógica política y para nosotros el momento de convocar elecciones tiene que ver con los intereses generales a pesar de que a otros sólo les preocupa lo suyo".
De su discurso ante 1.400 militantes del PP congregados en una cena en Alcora se desprende que Aznar no tiene miedo a que el transcurso de los meses pueda llevarle a mermar la mayoría que ahora tiene en el Parlamento. Su cálculo se basa en el resultado de las elecciones del 13 de junio, no tanto en las municipales y autonómicas como en las europeas, en las que el PP obtuvo algo más de cinco puntos de ventaja al PSOE. Hay estabilidad en España y "los ciudadanos lo perciben", insistía Aznar ante un público entusiasta y especialmente optimista como es la militancia del PP en la Comunidad Valenciana, cuyos resultados tanto en municipales como en su autonomía han sido muy favorables. El presidente de esa comunidad, Eduardo Zaplana, sentado junto a Aznar, era el vivo retrato de la satisfacción.
El jefe del Ejecutivo, que llegó a Alcora desde Oropesa, en la misma provincia, donde pasa sus vacaciones, hizo un repaso a la situación del país, a los retos pendientes, sin olvidar zarandear al PSOE entre cada exposición de intenciones y afirmaciones de autocomplacencia por el trabajo hecho. "Somos un punto de referencia en toda Europa; pero fijaos en los demás que en la oposición son los mismos, con los mismos discursos, incapaces de renovarse y anclados en lo que provocaron: paro y corrupción". El ataque más duro a los socialistas tuvo como contexto el debate sobre la subida de las pensiones, que ha proliferado durante el verano y que concluye con el anuncio del Gobierno de convocar al Pacto de Toledo y asumir indirectamente que es posible el alza de las pensiones. "Vamos a buscar el consenso en el Pacto de Toledo para garantizar las pensiones, pero nosotros somos los que tenemos que trabajar por conseguir la cohesión frente a otros que trabajan con demagogia: nosotros no vamos a entrar en una subasta". El presidente continuó: "¡Qué mal tienen que estar los que rompen el Pacto de Toledo y retoman las pensiones como debate político!".
Aznar sin duda se refería a los socialistas, ya que tanto él como los dirigentes del PP hacen esfuerzos por eludir el hecho de que el socio gubernamental, CiU, anunció el 7 de agosto una iniciativa similar a la adoptada por Manuel Chaves en Andalucía para subir las pensiones más bajas. Después de una cadena de reproches al PSOE por "pretender la ruptura de la cohesión social y la cohesión territorial", a cuenta siempre de las pensiones, Aznar anunció el esfuerzo del Gobierno por "mejorar las percepciones de los menos favorecidos". La manera de garantizar las pensiones es crear empleo, continuó Aznar en esta parte de su discurso de política económico-social, y, a su juicio, "la igualdad de las pensiones es lo que garantiza la cohesión nacional".
La creación de empleo fue exhibida por Aznar como uno de los logros de su mandato. "Acabaremos esta legislatura con la creación de 1.600.000 empleos, frente a otros que destruyeron 800.000", dijo de nuevo en relación a los socialistas, a cuya etapa de Gobierno brindó otras invectivas. "Nos encontramos con el 25% de paro; tuvimos que superar cuatro devaluaciones seguidas de la peseta y nos encontramos al borde de la quiebra del sistema de la Seguridad Social". Por contra, con este Gobierno "en el 2000 las cuentas de la Seguridad Social se habrán equilibrado".
Las referencias al proceso de paz en el País Vasco fueron especialmente escuchadas por la militancia del PP. Aznar declaró "fracasado" el Pacto de Estella y erigió a su partido como "garante de la paz y de la pluralidad en el País Vasco", sin más comentarios de fondo. En este acto de partido el presidente del PP anunció que la renovación interna que empezó en el congreso nacional de enero va a continuar en los congresos regionales de septiembre. En el PP ya se sabe que de ella saldrán afectados los dirigentes regionales, provinciales y locales que no obtuvieron resultados satisfactorios en las elecciones del 13 de junio. Aznar se despidió de sus militanes con un mensaje de ánimo: "Las elecciones serán en el 2000 y las ganaremos".
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