Los tramposos están rodeados

, Hoy día la ciencia avanza a ritmo de campeón de los 100 metros lisos. Y aplicada a los acontecimientos deportivos, sirve tanto para mejorar instalaciones o instrumentos técnicos como para detectar las trampas. En el atletismo se sigue permitiendo una sola salida nula, y además la federación internacional (IAAF) ha optado por mejorar los sistemas electrónicos anteriores para acabar con los tramposos. De momento parece conseguirse, pero se pierde aún más tiempo. A mayores medidas de seguridad, mayores molestias. La marca japonesa Seiko ha mejorado un método que empezó a usarse en los Mundiales de Go-temburgo, hace cuatro años, y que ayer mismo, en el primer día de competiciones, se empezó a notar claramente. Las tres series de los 100 metros vallas femeninos y la primera prueba del heptatlón femenino tuvieron que repetirse; y después, la mayoría de las primeras eliminatorias de 100 metros masculinos y femeninos. Al menos, no hubo discusión alguna sobre quiénes fueron los culpables, contra lo sucedido en la última Copa del Mundo disputada en Johannesburgo. La idea es acabar no sólo con el atleta tramposo que se escapa en las salidas, sino con los que se mueven en los tacos y molestan a los rivales, que a veces hacen salidas nulas al equivocarse creyendo que ya deben lanzarse a la carrera.¿En qué ha cambiado el sistema? Desde 1980 ya no se deja al ojo humano del juez la percepción de qué atleta se ha adelantado en la salida. La conexión electrónica con los tacos de salida permitió saberlo desde los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980. Sin embargo, desde entonces no se había producido tanto perfeccionamiento como ahora. El sistema actual mide, además de la presión de los pies del atleta sobre los tacos, sus movimientos. Los datos que salen de ahí son de dos tipos. Uno, sobre el tiempo de reacción del atleta, en milésimas de segundo, antes o después del disparo del juez; otro, un gráfico donde se señala la presión de las zapatillas en los tacos.

El juez de salidas puede ver todo ello en una consola (hay tres en el estadio, según las pruebas) que es como un tercer ojo. Cuando se produce una salida falsa, por movimiento anterior al disparo, o en menos de 100 milésimas después, el tiempo considerado ya como ilegal, el último sistema que se ha añadido avisa al juez y a un adjunto para que decidan levantar a los atletas de los tacos antes del disparo, en el primer caso, o anular la salida ya dada, en el segundo. Los atletas, tanto antes como después, no tienen ya problemas de enterarse por igual, e incluso los espectadores del estadio, pues el sistema incluye detrás de la línea de salida, y repartidos por el borde interior del césped, unos altavoces para que el sonido del disparo, que se trasmite a la velocidad ya conocida de 330 metros por segundo (1.188 kilómetros por hora), llegue a todos, y con toda seguridad a los atletas, al mismo tiempo.