Salen corriendo

Nadie parecía sentirse ayer responsable de la burla a los servicios de seguridad que supuso la intromisión en la ceremonia inaugural de Sevilla 99 de dos falsas Giraldillas (la mascota del Mundial de Atletismo) que subieron al escenario y mostraron a miles de millones de telespectadores de la leyenda "repatriación de los presos vascos", escrita en inglés sobre el pecho de los muñecos. Diez personas fueron detenidas el viernes en el estadio de La Cartuja por haber desplegado pancartas o distribuido octavillas alusivas a los presos vascos.El ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, restó importancia ayer al incidente y echó la pelota en el tejado de los organizadores el campeonato: "La capacidad de algunos para montar sus propias ceremonias ya es conocida", declaró Rajoy ayer por la mañana a los periodistas en el estadio de La Cartuja, "y su voluntad de arreglar las cosas hay que ponerla en tela de juicio; pero de todas formas, todas las organizaciones deben cumplir las normas de Interior, por curiosas que parezcan. En cualquier caso, no hubo ningún problema de seguridad, ningún riesgo para nadie, y tampoco conviene dar más publicidad a hechos como éstos", informa Carlos Arribas.

Rajoy añadió sobre los actos de apertura: "Estuvo bien la ceremonia, muy emotiva, pero lo importante es lo puramente deportivo. No hay que dar más publicidad al asunto".

También el portavoz de Turismo y Deportes del PP en el Parlamento andaluz, Joaquín Ramírez, culpó a la organización de los Campeonatos Mundiales de Atletismo. "Las fuerzas de seguridad del Estado están barriendo posibles bombas en las inmediaciones del estadio, pero el escenario depende de la organización del Mundial", aseguró.

El comité organizador lo preside el titular de la Diputación de Sevilla, el socialista Luis Navarrete, y está integrado por representantes de las federaciones internacional y española de atletismo, el Ayuntamiento de Sevilla, el Consejo Superior de Deportes y la Junta de Andalucía. Ramírez calificó de "oportunista" el anuncio de los diputados del PSOE Amparo Rubiales y Luis Yáñez de que pedirán la comparecencia urgente del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, para que explique en el Congreso las medidas de seguridad de la ceremonia inaugural. Según dijo, se trata de un acto "ocurrido en Sevilla y organizado por la Consejería andaluza de Turismo y Deporte", en el que no se produjo "ningún atentado, sino que se burlaron los controles internos", subrayó. En su opinión, la Junta de Andalucía "debería contribuir a que los acontecimientos se desarrollen adecuadamente", pues "no bastan el optimismo y la autocomplacencia". Recalcó que el hecho de que "alguien se entretenga en descolgarse por la grada" para mostrar una pancarta es "más un problema de organización que de seguridad". El director general de la Policía, Juan Cotino, quien había presentado solemnemente tres días ante cámaras y bolígrafos de la prensa el despliegue policial previsto para proteger el campeonato, reconoció ayer que "hubo fallos" de la organización y de las Fuerzas de Seguridad del Estado en el incidente registrado. En declaraciones a Radio Nacional, Cotino indicó que "quizás" tanto la organización como la Policía "tenían que haber respondido antes de que ocurriera el hecho", pero precisó que cuando éste se produjo, la actuación policial "fue correcta".

"Teníamos que haber intentado, si hubiera sido posible, que no hubiese ocurrido", dijo Cotino, quien mostró su lógica preocupación por el incidente, ya que "un hecho de esas características es muy desagradable". El director de la Policía informó de que que las falsas Giraldillas compraron entradas para asistir a la inauguración, y con ellas "se situaron de forma que pudieron montar el espectáculo".

Según Cotino, las fuerzas de seguridad "tienen la parte correspondiente" de culpa, al igual que la organización, pero también se excusó en que "en una instalación deportiva el control de las entradas y de las personas corresponde a la organización del evento" .

Fuentes policiales señalaron ayer a este periódico que uno de los detenidos es hermano del conocido dirigente de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga, actualmente en prisión, informa Santiago F. Fuertes.

Los diez detenidos pasarán hoy a disposición judicial, y todos ellos tienen antecedentes por desórdenes públicos. Según Efe, los detenidos, de edades comprendidas entre los 22 y los 34 años, están vinculados a organizaciones del entorno etarra. De los diez, a quienes se acusa formalmente de desórdenes públicos, siete son hombres y tres mujeres, nueve de ellos vascos y uno de Sevilla y residente en la ciudad. Tres de ellos se descolgaron de un palco, uno repartió octavillas por la tribuna de prensa y dos lograron disfrazarse de Giraldilla.