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España conserva el encanto

Camacho cambia el equipo tras el descanso y logra una convincente victoria en Polonia

Pepe Carcelén, ayudante del seleccionador, le dijo algo al oído a Camacho, éste miró hacia atrás y se volvió al banquillo. El técnico le tocó entonces el hombro a Valerón y le dijo algo así como "venga calienta, que vas a salir a arreglarme esto". El árbitro acababa de señalar el descanso y el seleccionador español ya tenía detectado el problema del equipo, también encontrada una solución. Saltó al campo Valerón, también Mendieta, y España, que había pasado con discreción durante la primera mitad, volvió a ser la atractiva selección del último año. Con Raúl en jefe absoluto, el equipo nacional dio la vuelta al partido y salvó su racha. No hubo esta vez goleada, pero sí victoria de nuevo convincente.No fue la España de Camacho la del primer tiempo. Trató, sí, de mantener la veneración por la pelota, elaborar las jugadas y no dejarse llevar por las prisas y el juego frontal, pero la capacidad de fascinación de otras noches, su pericia para doblar al rival con todo tipo de asociaciones no asomó en esa fase por ninguna parte. Y no lo hizo fundamentalmente por el perfil del centro del campo, menos sugerente que nunca. Con Guardiola, Valerón, Fran y jugones así empezó este equipo hace poco menos de un año a fabricarse un nombre. Pero Farinós pertenece a otra especie de futbolista, más derrochador, más físico, más entusiasta si se quiere, pero menos dotado para las triangulaciones, los cambios de juego y los balones al hueco, todas esas suertes de las que España, desde la irrupción renovadora de Camacho, parecía andar sobrado.

POLONIA 1

ESPAÑA 2Polonia: Matysek (Dudek, m. 52); Adamczuk (Klos, m. 87), Hajto, Zielinski, Waldoch, Siadaczka; Nowak (Czerwiec, m. 80), Swierczewski, Iwan; Wichniarek (Wlodarczyk, m. 87) y Trzeciak (Kaluzny, m. 66). España: Cañizares (Molina, m. 73); Michel Salgado, César, Paco, Aranzabal; Etxeberria (Julen Guerrero, m. 70), Engonga, Farinós (Valerón, m. 46), Luis Enrique (Mendieta, m. 46); Raúl y Morientes (Munitis, m. 60). Goles: 0-1. M.7. Swierczewski saca un libre indirecto, Cañizares se queda a media salida y Hajto, por el centro, sin oposición y llegando desde atrás, peina a la red. 1-1. M.54. Aranzabal hace la pared con Raúl y le deja la pelota a Etxeberria, que pica sobre el área para que Morientes, con la zurda y por abajo, supere a Dudek. 1-2. M.57. Etxeberria combina con Raúl, que toca por encima de la defensa para Munitis, quien marca con la izquierda. Árbitro: Khussaniov (Rusia). Amarilla a Adamczuk, Michel Salgado, Wichniarek. Amistoso jugado en el Legia Stadium de Varsovia. 8.000 espectadores.

Al equipo nacional se le juntó otro problema, que jugó cojo de una banda. La derecha, por donde Michel Salgado y Etxeberria, ayer desacertados en casi todo, no conectaron. Sin la posesión absoluta del balón, más bien al contrario, a España no le quedó otra solución que tirar de las incursiones de Aranzabal por la izquierda y de las continuas propuestas de pared que formuló Raúl, excepcional en sus movimientos de apoyo y desmarque pero con el día tonto de cara a puerta. Pero lo que aportaba España era más bien poco para hacer frente a Polonia. Al equipo local le ayudó el gol tempranero de Hajto -una sucesión de errores de los españoles: la indecisión de los centrales y la media salida de Cañizares-, para acomodarse. Pero también la fabulosa dirección de Swierczewski en la primera media hora, que se las bastó para superar con inteligencia el acoso de Farinós y Engonga.y mover a su equipo de un lado a otro del campo.

A España le costó digerir la defensa de cinco con la que le recibió Polonia. Media hora le llevó averiguar cómo romperla: huyendo del centro y buscando las paredes por los costados -por el izquierdo, recuerden-. Pero no bastaba. El equipo de casa tenía el partido bajo control, con el resultado de cara y el rival más o menos sujeto.

Fue entonces, nada más concluir el primer periodo, cuando el seleccionador demostró que entre sus virtudes -o las de su equipo técnico, que tanto da- se encuentra la de interpretar los partidos sobre la marcha, establecer un diagnóstico certero y aplicar la terapia adecuada. ¿Problemas con la pelota? Valerón por Farinós. ¿Un mal día de la banda derecha? Etxberrria pasa a la izquierda. ¿La defensa de cinco polaca se atraganta? Sale Mendieta para hacer daño con pelotas cruzadas. Y asunto arreglado.

Fue otra España la del segundo tiempo, más parecido al gusto que se le suponía, más acorde con los nuevos tiempos del equipo. Más cansada, eso sí, pero igual de peleona. Y sobre todo más poderosa con la pelota, más capacitada para destrozar al rival con combinaciones varias al primer toque, para reivindicar su superioridad. Mejor selección, en suma, y de todas todas.

Desde la lógica que otorga beneficios al buen juego, España fue recuperando el partido. Valerón puso lógica, Mendieta una opción en la que apoyarse, Etxeberria, ahora sí, desborde, y Raúl, que fue el mejor, dejó sus galones. Aunque sin goles -y eso que una vaselina suya desde el pico del área, ya con 1-2, lo mereció, y que le anularon dos-, su actuación fue fantástica. Es el líder de este equipo, el jefe supremo. Lo tiene asumido y no está por la labor de ceder un centímetro de ese territorio. Llevaba su verano grisote con el Madrid, pero ayer sus maniobras, sus acciones al primer toque, le anunciaron en plena forma para la Liga.

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