OMAR MEZA BAILARÍN Y COREÓGRAFO "Lo clásico no es el fin, pero es el medio para llegar a algo bueno"
Llegó a Granada casi por casualidad y ha terminado sintiéndose como en su casa, en su tierra. "No sé si es el embrujo, pero es cierto", afirma Omar Meza (México D.F., 1964), coreógrafo, bailarín y director de la compañía DA.TE Danza, una nueva formación andaluza que estos días ensaya, con el apoyo de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura, su primer montaje, Un caballo en el cielo. Después de haber estudiado en su país natal y haber sido bailarín invitado en Alemania en la compañía de Pina Bausch, Meza se ha lanzado a un proyecto que cuenta con la colaboración de varios granadinos, el escritor Juan Mata, el compositor Sergio de la Puente y el escenógrafo Miguel Ángel Butler y que pretende ser una vuelta de tuerca en la danza. Pregunta. ¿Cómo se decidió por el ballet? Respuesta. Es algo que me viene de la infancia. Mi madre se negaba rotundamente a ello, decía que era cosa de niñas con tutú. Pero cuando alcancé los 17 años, trabajé en una compañía de teatro y allí me animaron a estudiar danza. Es lo que siempre me atrajo. P. Usted ha recorrido muchos países, México, Venezuela, Guatemala, Alemania... ¿Cómo ve el panorama español? R. Hay gente muy interesante. Creo que el problema en España es que la danza sólo está concentrada en cuatro ciudades. A mí me gustaría que estuviese más diversificada. P. ¿Cómo se decidió por Granada? R. Fueron casualidades. Yo hice cinco producciones en Castilla y León y luego estuve de gira en México. Alguien me sugirió que fuese a Granada. En realidad, vine a descansar. De pronto descubrí que me sentía como en casa. No sé si es por el embrujo. Eso me animó a moverme y a formar una compañía. P. No hace mucho, una bailarina sudanesa decía que la danza es el arte más comunicativo... R. Es cierto. Es el puro lenguaje corporal. Alguien, no recuerdo bien, escribió que un gesto dice muchísimo más que muchos gestos. P. ¿Qué es lo que de verdad se requiere para ser bailarín? R. Trabajar sobre todo muy en serio contigo mismo. No tiene ningún sentido ser bailarín-espectáculo. Se requiere muchísima seriedad interna. Y vivir el ritmo. Se pueden aprender todas las técnicas de danza, pero si no llevas el ritmo en la sangre, sólo eres un técnico, no un bailarín. P. ¿Por qué hay tantas diferencias entre bailarines de corte clásico y de corte contemporáneo? R. No lo sé. Pero lo cierto es que la música clásica te da muchísima técnica. Para mí, lo clásico no es el fin. Lo clásico es el medio para llegar a algo bueno.
