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FÚTBOL

El Madrid no arregla sus lacras defensivas

Santiago Segurola

Si la pretemporada sirve para pulir los defectos de funcionamiento -justificación que esgrimen reiteradamente los entrenadores cada verano-, el Real Madrid ha terminado el cursillo sin mayor aprovechamiento. Por encima de las novedades, se sitúan los viejos defectos. Toshack reclamó sangre nueva para acabar con el aburguesamiento del Madrid, y tenía razones para hacerlo. Era cierta la desgana de unos cuantos, y tampoco se discutía un problema de descompensación en las líneas. Sobreabundancia de defensas y mediapuntas, escasez de centrocampistas propiamente dichos, algo de orfandad en la delantera, dificultades con los interiores de los dos lados.El nuevo Madrid ha fichado a una larga colección de jugadores. En unos casos con el el cartel de estrellas; en otros, por directa sugerencia de Toshack. Podría pensarse en una regeneración del equipo, pero algunos datos apuntan lo contrario. En realidad, se ha fichado más de lo mismo en ciertas posiciones. Balic y McManaman ocupan los lados, pero ninguno se encuentra cómodo. No son interiores de largo recorrido. Son dos buenos jugadores con una cierta tendencia a ir por libre, centrocampistas sueltos que se angustian frente a las apreturas de la raya. Y por lo que se refiere a McManaman su juego mejora sensiblemente cuando entra desde la izquierda, y no desde la derecha, que es lo que ha hecho durante la pretemporada.

Sin red de seguridad

Pero si en el ataque hay soluciones por la poderosísima artillería del Madrid, en el aspecto defensivo se mantienen las mismas lacras que en la temporada anterior. Toshack no consiguió evitarlas en el tramo final del campeonato. Los más viejos madridistas no recordaban una defensa tan débil y una cantidad tan desaforada de goles en contra, más de 1,5 por encuentro. Se dijo que así no había manera de ganar la Liga, por muchas proezas de Raúl y Morientes (44 goles entre los dos). El argumento puede utilizarse perfectamente después de la pretemporada.Por lo que parece, Toshack no ha conseguido dotar al Madrid de los mecanismos defensivos que actúan como red de seguridad. De lo que ha sucedido durante el verano, se deduce que el Madrid sigue donde estaba. En los siete partidos que ha disputado en la gira de pretemporada (frente al Inter, Fenerbahce, Estrella Roja, Celta, Getafe, Perugia y Elche), ha recibido 11 goles, 1,57 por encuentro. Y con dos equipos de Segunda entre los siete rivales. El asunto se ha convertido en delicadísimo para un equipo que desconfía de su sistema defensiva. Por ahí comenzó su desplome con Hiddink, después de una pretemporada espectacular y de un espléndido partido con el Inter en el arranque de la Copa de Europa. Y por ese mismo sumidero puede escurrirse el Madrid esta temporada. El miedo ya está instalado en algunos jugadores: vienen de pagar el calvario defensivo y no ven un horizonte mejor para la temporada que se avecina.

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