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NATACIÓN Campeonatos de Europa

Dolores Sáez da el gran salto a la medalla de plata

Los saltos dieron ayer un elocuente ejemplo de mejoría a la discreta natación española en los Europeos que finalizan hoy en la ciudad turca de Estambul. A la medalla de oro que consiguió José Miguel Gil el pasado lunes en el trampolín de un metro se le pudo discutir que no valdrá para los Juegos de Sidney, porque sólo es prueba olímpica la de tres metros, que termina hoy. Pero a la medalla de plata lograda ayer por Dolores Saez de Ibarra en la plataforma de 10 metros sólo se le pueden poner adjetivos. En Sevilla, hace dos años, con Julia Cruz, fue bronce en los saltos sincronizados, tampoco olímpicos, pero la tradicional palanca individual, el salto desde la construcción fija, sí lo es, como variante histórica y olímpica al trampolín flexible. Aunque en el 2000, en la ciudad australiana, las chinas (Na Li y Xue Xang) pondrán mucho más difícil el podio, la madrileña sí ha adquirido una acreditación directa para aspirar a él. En estos Europeos, además, sólo perdió con la gran figura que se permite ganar a las asiáticas, la ucrania Elena Zupina. Fue otra plata de ley, como la conseguida el día anterior por la recién nacionalizada, de origen ruso, Nina Zivanévskaia en natación. España lleva tres podios y debe sumar hoy los dos últimos, de nuevo con Nina, tercer mejor tiempo ayer en los 50 metros espalda, donde la alemana Sandra Völker parece más intocable aún que en los 100, y con María Peláez, que se mostró con maneras de revalidar su título de 200 mariposa, con el segundo mejor tiempo, a sólo a 10 centésimas de la danesa Mette Jacobsen. Dolores hizo ayer un concurso cauto, de menos a más. En la final de los saltos se puede optar por la seguridad o por el riesgo. Decidirse por lo primero supone efectuar saltos con el coeficiente de dificultad más bajo, pero que requieren una mayor perfección para que en la multiplicación por las puntuaciones de los jueces (las cinco notas intermedias de siete) el resultado sea aceptable. Es lo que hizo la española, en lugar de arriesgar con saltos más difíciles, de mayor coeficiente, pero que si se fallan, aparte de perder puntos, también descentran. Después de ir sexta y quinta, en la cuarta rotación se puso segunda, tras la intratable Zupina, y por delante de la rusa Timoshinina. Y así se mantuvo clavando un último salto más complicado, doble mortal y medio atrás, con medio tirabuzón. En natación, lo más destacado fue que la gran estrella, Pieter Van de Hoogenband, pese a hacer otra exhibición en el último relevo holandés de 4x200, perdió el quinto oro (que debe ganar hoy en 50 libres tras superar ayer otra vez a Popov, con 22.09 por 22.30 segundos, en semifinales), porque fue descalificado el primer relevista al adelantarse en la salida. Su compatriota Inge de Bruijn batió su tercer récord europeo, en semifinales de 50 (24.84) y la húngara Agnes Kovacs sumó su tercer oro como reina de la braza, en los 200.

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