Un inversor frustrado se suicida tras matar a 12 personas en Atlanta

A Atlanta le llegó ayer el turno de vivir uno de esos episodios de caos, terror y muerte que sacuden crónicamente a Estados Unidos. Un individuo enloquecido, identificado por la policía como Mark Barton, un químico de 44 años, protagonizó tres tiroteos consecutivos y dejó un primer balance provisional de 12 muertos y otra docena de heridos, cuatro muy graves. Barton actuó fuera de sí por la fuerte caída que ayer sufrió el mercado de valores de Wall Street.

Tras cinco horas de fébril búqueda, Barton, que había sido descrito por la policía como un hombre "extremadamente peligroso", fue encontrado muerto en el interior de su monovolumen. Según el alcalde de Atlanta, Bill Campbell, se suicidó con una de sus dos pistolas. Los episodios de violencia gratuita desencadenados por niños o adultos que sacuden espasmódicamente EE UU son el pasmoso y enfermizo contrapunto de la vigorosa salud tecnológica, económica y militar de la superpotencia. El desencadenante ayer fue el furor de Barton por la caída un 1,65% del Dow Jones, aunque durante la sesión llegó a retroceder un 2,2%. Barton, que ya fue relacionado hace años con el asesinato de su primera esposa y su suegra, entró en dos oficinas de inversiones de Atlanta, en una de las cuales tenía parte de sus ahorros, y acribilló a nueve personas, entre clientes y empleados.