Lamela, con esfuerzo, sigue por los 8 metros

La primera jornada de los Campeonatos de España confirmó realidades y siguió abriendo puertas a la esperanza de que el atletismo nacional brille en los Mundiales. A menos de un mes de la gran cita (el 20 de agosto), el estadio de la Cartuja (no olímpico, porque allí no ha habido nunca Juegos) fue el escenario caluroso del último ensayo con casi todo. Yago Lamela, la gran estrella del panorama español, pasó el trago de una pista que no le acaba de ir y en las semifinales de 1.500 los abanderados de la distancia, Reyes Estévez, Andrés Díaz y Fermín Cacho se clasificaron con enorme facilidad para una final que se anuncia hoy como el momento cumbre.Lamela sufrió otra vez con la arena del foso y con la falta de competencia (Jesús Oliván quedó en otra galaxia, a 47 centímetros). Y aun así siguió por encima de los ocho metros desde el tercer salto, en el que se fue a 8,04. Con su raza de siempre subió a 8,10 en el sexto y último intento. Raúl Fernández, volvió a decepcionar, con 7,52. En 1.500, Estévez, parado 20 días por una lesión, se encontró muy suelto, aunque con menos ritmo del habitual, y compartió el protagonismo en su serie con un Andrés Díaz que es capaz ya de dar un susto a cualquiera. Incluído Cacho, que se paseó solo en la segunda semifinal.

Por el camino de la jornada, hubo algunas cosas interesantes. José Cerezo y Roberto Parra dirimirán hoy en la final de 800 si alguno de los dos, o ambos, pueden despegar, al fin, de su maldición por las lesiones. Mientras en el 1.500 las satisfacciones se han repetido, en la prueba inferior sólo han amagado ambos. Cerezo ganó su semifinal muy sobrado y a Parra, en cambio, se le volvió a ver agarrotado. Lo de menos fue que se dejara superar por Esteso. Lo peor fue que se le notó miedoso, sin confianza.

La ex cubana nacionalizada Niurka Montalvo logró su primer título español y no en longitud, donde hoy sumará el segundo (y aspira incluso al podio de los Mundiales), sino en triple. Con 13,93 metros, a un mundo de sus 14,60 que aún son récord de Cuba, rompió la racha de Conchi Paredes. También hubo relevo en los 100 vallas, donde Nerea Azkarate destronó a María José Mardomingo, con 13.36 segundos. En lisos, en cambio, siempre con marcas modestas, sí ganó la favorita y Arancha Iglesias repitió título, con 11.80. Mejor nivel hubo en los 100 masculinos, donde el asturiano Pedro Pablo Nolet confirmó su imbatibilidad de la temporada, favorecido ayer por la lesión a media carrera de su gran rival, Venancio José. Los 10.37 segundos tampoco es que garanticen ni llegar a cuartos de final de una gran carrera, pero ver correr a Nolet, hasta comprobar la marca, es imaginarse, con más o menos esfuerzo, a algún sprinter norteamericano. Desde luego, un cambio sustancial en la tradicional y bastante raquítica velocidad hispana respecto a la élite, pese a nombres tan sonoros del pasado como Albarrán, Sánchez Paraíso, Jones o Arques.

Las diferencias con los grandes siguen también en las vallas, pues las expectativas despertadas por Hipólito Montesinos esta temporada con sus 13.59, las hundió ayer en la final. Fran López, como el año pasado en Anoeta, ganó con 13.88. Es una prueba en la que hay que recordar siempre a Moracho, ahora comentarista, o al mismo Carlos Sala, que a sus 39 años, y a punto de batir el récord mundial de los 40, se metió todavía en la final. Sintomático.

Otras confirmaciones de ayer fueron los triunfos de Paco Fernández en los 20 kilómetros marcha, de Marta Domínguez en los 5.000 lisos y de Montxu Miranda, que falló por poco los 5,81 para el récord de pértiga. Incluso, pese a las ausencias de Morán y Berlanas, el de Eliseo Martín en los 3.000 obstáculos. Aunque siempre quedará Kenia