VICTORINO MARTÍN GANADERO "Los que ya son figuras escogen al toro que se acopla a su modo de torear"

,Lleva en la sangre el amor por el toro y el respeto por la Fiesta. Victorino Martín García, hijo de uno de los ganaderos más prestigiosos del país, participa esta semana en un curso de verano sobre toros que la Universidad Complutense celebra en Aguadulce (Almería). Al testigo como ganadero que ha tomado de su padre, une sus conocimientos como veterinario. Pregunta. La ganadería de Victorino apuesta por un toro más tradicional. ¿Cómo se mantiene eso? Respuesta. Ante todo, nosotros somos primero aficionados al toro y a la Fiesta. Tratamos de criar al toro que nos gusta y eso se logra con mucho trabajo, con mucho sacrificio y teniendo las ideas muy claras. Lo que pretendemos es, al menos, intentar criar al tipo de toro que a nosotros nos gusta. P. ¿Los aficionados entienden realmente de toros, les importa el animal al margen de la figura del torero? R. Los aficionados responden cuando hay un buen toro en la plaza. La prueba es que muchas plazas nos llevan como gancho. El toro siempre es un reflejo de los gustos de cada sociedad y de cada lugar. P. ¿Hay en España espacios diferenciados por el interés que la afición muestra hacia el toro? R. Hay diferencias. Cuanto más al norte del país, más toristas. Madrid es una ciudad donde la afición le presta mucha atención al toro. Y de Madrid hacia arriba, incluso en el sur de Francia, se ocupan más del toro que del torero. Pero eso siempre ha sido así. P. ¿Los toreros también prefieren tener delante un buen toro o se inclinan por un animal que les ofrezca menos complicaciones? R. Los toreros, por lo general, cuando después de muchas vicisitudes y malos tragos logran llegar arriba, buscan un toro que se acople a su forma de torear. El que llega a ser una figura trata de imponer su ley. Elige directamente lo que quiere. P. Usted es también veterinario. ¿Cómo le ha influido? R. En los últimos años se ha producido una gran evolución en la veterinaria que ha redundado en la crianza del toro bravo. Esos avances son armas para mejorar el producto. Pero hay que tener cuidado porque también se abusa. La revolución que se produjo en los años 60, por ejemplo, con los piensos concentrados que se utilizaban para alimentar al ganado vacuno ha sido al final perjudicial. Hay que cuidar los excesos. Temas como la inseminación artificial son positivos, pero siempre que no se abuse. P. ¿La inseminación artificial es una práctica generalizada? R. Lo que más se está haciendo ahora es recoger el semen de los toros de mayor calidad y crear como un banco de semen con vistas al futuro.