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El próximo pacto

JAVIER PÉREZ ROYOEn uno de los artículos que publiqué antes de la celebración de las elecciones del 13-J, sostenía la tesis de que el interés de esas elecciones residía en lo que pudiera ocurrir en los partidos menores, IU y PA, más que en lo que pudiera ocurrir en los dos grandes, PSOE y PP. Por varios motivos. En primer lugar, porque los cambios que se pudieran producir en el mapa del poder municipal andaluz no iban a ser el resultado de una alteración del equilibrio electoral entre el PSOE y el PP, sino la consecuencia de una manera de proceder distinta a la de la anterior legislatura por parte de los dos partidos menores. En segundo lugar, porque el resultado electoral del 13-J iba a ser el pistoletazo de salida de una competición entre el PA e IU por ver quién se acababa incorporando al Gobierno de la Junta de Andalucía que se constituya tras las próximas elecciones autonómicas. Ésta va a ser la competición más interesante de la próxima campaña electoral andaluza. La victoria del PSOE ya la da por descontada hasta el PP, que ha arrojado la toalla desde hace tiempo y que, en el estado de desánimo en que se encuentra, no es previsible que plante cara al PSOE con mucha convicción. La distancia que va a separar al PSOE del PP va a ser más o menos parecida a la de las últimas elecciones, aunque es posible que pueda ser algo superior. Pero en esa competición entre los dos grandes partidos casi todo está ya decidido. Donde va a estar el interés de las próximas elecciones va a ser en la competición por el tercer y cuarto puesto. Aquí sí vamos a asistir a una lucha a cara de perro, no tanto por ver quién queda antes, sino por intentar no sólo ser cada uno de ellos el que se incorpore al Gobierno andaluz, sino además por excluir al otro. El éxito en las próximas autonómicas para IU y PA no se va a medir tanto en número de votos como en el pacto posterior. Aquel con quien el PSOE decida pactar para formar gobierno, será el que habrá ganado. Y a la inversa. No cabe duda de que, a pesar de las tensiones internas que ha tenido que soportar, esta perspectiva ha pesado seriamente en la dirección del PA a la hora de decidir los pactos tras el 13-J. El riesgo de comprometer su futura participación en el Gobierno autónomo saltaba a la vista. Una vez resuelta su participación en los pactos municipales de la forma en que lo ha hecho, ha quedado en buena posición para la próxima constitución de Gobierno en Andalucía. En posición mucho más difícil ha quedado IU. En Andalucía, es relativamente poco lo que va a tener que ofrecer. El PA ha ocupado su sitio. Únicamente su carácter de partido estatal le proporcional alguna baza, en la medida en que su concurso puede acabar resultando necesario en el Parlamento del Estado para configurar la mayoría necesaria para gobernar España. Y eso es algo que cada vez parece menos probable.

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