CiU escenifica en el primer pleno del Ayuntamiento una oposición puntillosa

Si el refrán "como muestra, un botón" se toma al pie de la letra, la oposición de Convergència i Unió (CiU) al gobierno del Ayuntamiento de Barcelona será más puntillosa en el actual mandato que en el anterior. Por lo menos, así lo fue ayer, en el primer pleno del recién constituido Ayuntamiento, que aprobó el cartapacio con la abstención de CiU y el PP. Tanto Joaquim Molins como el portavoz de los nacionalistas en el consistorio, Josep Miró i Ardèvol, y el concejal Joan Puigdollers realizaron múltiples críticas al equipo que encabeza Joan Clos.

Antes de iniciarse el pleno, los tres socios de gobierno municipal: Partit dels Socialistes (PSC), Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) rubricaron en un acto el acuerdo de un gobierno de progreso que regirá la ciudad en los próximos cuatro años. Muchas caras nuevas y más concurrencia en el lado derecho del hemiciclo del salón de plenos del Ayuntamiento de Barcelona -el que ocupa el equipo de gobierno- fueron algunas de las notas destacadas ayer. En la presidencia, Clos estaba flanqueado por cuatro tenientes de alcalde -Xavier Casas (primero) y Jordi Portabella (tercero) a un lado; Antoni Santiburcio (segundo) e Imma Mayol (cuarta) al otro lado de la mesa. La quinta teniente de alcalde, Núria Carrera, ocupaba el primer sillón de las filas que ocupan los concejales del PSC, más los de ERC e IC. En frente, en los sillones que ocupa la oposición, había más blancos: CiU ha perdido tres concejales y uno el PP. La proporción de caras nuevas era más evidente en las filas de CiU, cuyos concejales se mostraron ayer muy activos y criticaron al equipo que encabeza Clos por alguno de los acuerdos que se tomaron. Empezó en esa tarea Joaquim Molins, quien criticó al gobierno de la ciudad que se limitara a "repartir los sillones" sin explicar cuál será su plan de actuación. La réplica a esa afirmación fue compartida por Mayol, Portabella y el propio Clos, quien puntualizó que será el diseño del plan de actuación municipal el que concrete la tarea que se realizará en los próximos cuatro años. Los tres contestaron a Molins que el plan de actuación del recién constituido ayuntamiento es la fusión de los programas de las tres formaciones. "El acuerdo al que hemos llegado nos llevará a un gobierno estable y a que la ciudad se dirija con pie firme hacia el siglo XXI", añadió Clos. Geriátricos Molins volvió a la carga con las críticas a dos puntos del orden del día del plenario sobre la cesión de solares a la Generalitat destinados a equipamientos de la tercera edad. "Tenemos que intentar ir por el buen camino en este mandato porque no se han hecho bien las cosas", dijo en referencia a los constantes enfrentamientos entre el Gobierno catalán y el Ayuntamiento de la ciudad que derivaron en la llamada guerra de los geriátricos. Molins instó a conseguir la misma actitud "de consenso y sensibilidad que se ha tenido para la elaboración de la Carta Municipal". Además de él, Miró i Ardèvol, Puigdollers y Jaume Ciurana realizaron críticas a acuerdos dispares tomados ayer. El portavoz de CiU, Miró i Ardèvol, afirmó que la forma de llevar el consistorio es muy burocrática: "Las decisiones se quedan en el papel, no se trasladan a la práctica". Al finalizar el pleno, el alcalde anunció, visiblemente afectado, la muerte de Josep Marull, gerente municipal desde 1991 y con quien Clos mantenía una estrecha relación. La incorporación de Marull, de 62 años, al Ayuntamiento de Barcelona se produjo en 1982 como gerente del Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria (IMAS). En 1988 fue nombrado gerente del Consorcio Hospitalario de Cataluña.