La crisis y los vasos comunicantes
El equipo ha venido reflejando durante toda la temporada los problemas del club
Con la boca pequeña, los directivos del Madrid aceptan que el deterioro institucional del club se hace permeable y se traspasa al equipo. El escritor Javier Marías va más lejos. Considera que algunas actuaciones del club han tenido un efecto miserable. "Cuando a Soler se le impidió disputar más partidos para no verse forzados a renovarle, se llegó a un punto de bajeza que dice mucho del estilo actual de la directiva". Marías apunta que el equipo ha terminado por reproducir los deficientes esquemas que se observan en la dirección del club. "Cuando vi a Roberto Carlos e Iván Campo abrazados y riéndose a carcajada limpia en el descanso del partido con el Celta , sentí una irritación imparable. Este tipo de actitudes, que determinan la degradación del equipo, son producto de los comportamientos que tiene el club". El ridículo internacional que se produjo el 1 de abril de 1998 cuando los ultras derribaron una portería (inexplicablemente atada a las vallas del Fondo Sur; inexplicablemente sin repuesto; inexplicablemente sin nadie atento a remediar con rapidez el imprevisto), fue otro capítulo que indicaba el deterioro organizativo y de imagen del Madrid.
Durante la última temporada, el equipo ha sido un foco constante de problemas. En el primer partido del campeonato, frente al Villarreal, Sanchis fue sustituido y entregó el brazalete de capitán a Hierro, que terminó tirándolo junto a un poste de su portería: el desprecio de un símbolo.
Los enfrentamientos entre jugadores han sido abundantes. En el entrenamiento previo a la Copa Intercontinental, el pasado noviembre, Seedorf e Iván Campo se enzarzaron en una agria disputa y hasta llegaron a las manos. Seedorf también mantuvo un fuerte duelo dialéctico con Mijatovic en Riazor, frente al Deportivo, partido que el Madrid terminó perdiendo 4-0. Karembeu hubo de ejercer como juez de paz en el conflicto, con las cámaras de Canal + como testigos.
Seedorf y Hierro fueron sancionados por un enfrentamiento entre sí en el vestuario, donde volaron los insultos. Y, lo que es peor, donde alguien estaba presente y atento para contárselos luego a la prensa.
Los desaires de Seedorf con los entrenadores y sus remilgos cuando era situado por la derecha se han sucedido a lo largo del año. Primero con Guus Hiddink y luego con John Toshack y su ayudante, Grande.
Tampoco han faltado los reproches a los aficionados. Tras la difícil victoria frente al Zaragoza por 3-2, algunos jugadores se encararon con el público, que reaccionó de forma ruidosa contra los futbolistas pese a la alegría del triunfo en el último minuto. La respuesta de la plantilla fue el silencio con la prensa, silencio que se prolongó durante algunas semanas y que comprometió aún más la delicada situación de Hiddink, despedido poco después.
El incidente de Roberto Carlos e Iván Campo en Vigo (ambos en la grada al estar suspendidos para esa partido por acumulación de tarjetas) provocó la desolación de los aficionados. La hinchada no se explicaba la actitud de los dos jugadores, abrazados y sonrientes en la grada, teléfono en mano, ajenos al papelón del equipo.
La llegada de Toshack tampoco varió ciertos comportamientos. En algún caso, sirvió para magnificar los conflictos en el vestuario. Su pública disputa con Suker degeneró hasta el terreno de la vida privada, con el asunto del osito que el jugador regaló a su novia, Ana Obregón, y que al irónico entrenador le pareció muy barato. Súker, el primer futbolista fichado por Sanz como presidente, no terminó la Liga el Madrid.
Ya al final de temporada, a Guti se le ocurrió organizar su boda para tres días antes del final de la Liga, lo que desató el enfado lógico de su entrenador. El jugador accede luego a cambiar la fecha... para cuatro días antes de la final de Copa, cuando el Madrid aún aspiraba a jugarla.
Iván Campo sale sustituido en los primeros minutos del partido ante el Oviedo en el Bernabéu, el pasado mayo, después de un fallo clamoroso que tuvo como actores a Roberto Carlos y a él. Y al dirigirse al vestuario, le espeta a Toshack: "A mí no, al otro".
Raúl y Hierro juegan contra San Marino con la selección española frente al criterio de Toshack, quien consideraba que no se hallaban en las condiciones físicas adecuadas. Ninguno fue alineado en el partido siguiente, contra el Valencia en la Copa, hace unas semanas. Raúl respondió luego que estaba disponible para jugar, y abrió así otra polémica porque abundaba en la idea de que Toshack había tirado la eliminatoria antes de disputarla. El último día de Liga, el entrenador le devolvió la moneda al afirmar que si ha sido el máximo goleador eso se debe a que tuvo descanso aquel miércoles.
Demasiadas trifulcas domésticas como para no pensar en la ley de vasos comunicantes: lo que pasaba en el equipo suponía la clara traslación de lo que sucedía en la escala directiva.
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