Fractura irremediable en la junta directiva del Real Madrid

La fractura en la junta del Madrid es irremediable. Lorenzo Sanz, en un intento de reconducir la crisis, dio ayer un paso al frente: nombró cuatro nuevos directivos y pidió la dimisión de los ocho disidentes. El club está dividido en dos bandos: uno, encabezado por el vicepresidente primero, Juan Manuel Herrero, y el otro, por el vicepresidente económico, Juan Onieva. Sanz respaldó a Onieva y se negó a convocar elecciones. "Sería un grave error hacerlo ahora cuando hay tantas decisiones deportivas que tomar", dijo. "Me iré cuando quieran los socios, no ocho directivos".

Lorenzo Sanz dio un golpe de efecto a última hora de la tarde de ayer al convocar una conferencia de prensa en el estadio Santiago Bernabéu, sólo unas horas después de que su vicepresidente Juan Manuel Herrero le pusiera en la tesitura de destituir a Juan Onieva o convocar elecciones. El presidente del Madrid no aceptó ninguna de las dos propuestas del grupo disidente. Muy lejos de ello, se presentó ante los medios de comunicación con cuatro nuevos directivos: Jaime Ussía, Juan Antonio Barrado, Leandro Crespo y José Ignacio Rodrigo. "Son los nuevos miembros de la junta", anunció Sanz, "son miembros de pleno derecho desde esta mañana. Los estatutos del club me dan plenos poderes para hacerlo". Por si sus competencias no estaban claras, Sanz repartió un dictamen del despacho jurídico Garrigues & Andersen.

El presidente del Madrid, medio en broma, medio en serio, contó: "Ahora somos nueve y ellos ocho". Los ocho son los directivos disidentes a quienes la decisión de Sanz de ampliar la junta les coloca en situación de minoría. El presidente confía, y así lo dijo, en que presenten sus dimisiones. "Yo no he querido esta situación, ellos la han provocado". Sanz confesó que algunas "deserciones" le habían dolido porque se trataba de amigos suyos.

"Onieva tiene mi total respaldo, siempre que ha actuado en el club lo ha hecho con mi total aprobación", explicó Sanz en un intento de ratificar con rotundidad el trabajo de su vicepresidente económico. El presidente del Madrid, que definió el día de ayer como "el más difícil" desde que está al frente del club, sí reconoció que esta crisis de la junta y los rumores surgidos alrededor del club estaban perjudicando al Madrid. "Es una realidad que el gran perjudicado por todo ello es el club", dijo. Sanz aclaró que en ningún momento se le pasó por la cabeza la posibilidad de convocar elecciones. "Fui elegido para un mandato de cuatro años y voy a cumplirlos. Me iré cuando yo quiera o lo quieran los socios, no cuando lo digan ocho directivos. Convocar elecciones ahora sería una temeridad. Tenemos que tomar muchas decisiones deportivas, y si abriéramos un periodo electoral el club quedaría paralizado hasta septiembre".

Los nuevos directivos del Madrid son amigos de Lorenzo Sanz. Leandro Crespo (ex concejal del PSOE en Madrid) ya era su asesor, y Jaime Ussía fue compañero de junta suyo con Ramón Mendoza como presidente (1985-1990). José Ignacio Rodrigo es abogado; y Juan Antonio Barrado es arquitecto.

El lunes fue un día muy largo en el Madrid. A las siete de la tarde, ocho directivos se reunían en la sala de juntas del Bernabéu. Tras cuatro horas de reunión, acordaban pedir -considerándose constituidos en junta directiva, por tener mayoría en ella- la dimisión de Onieva o, en su defecto, la convocatoria de elecciones. Sanz no había querido acudir a la reunión.

A la una de la madrugada del martes, pues, el grupo de Herrero abandonaba el estadio Bernabéu convencido de haber asestado un duro golpe a Juan Onieva y a sus colaboradores. La decisión estaba ya en manos de Lorenzo Sanz, quien mientras ellos daban explicaciones a los medios de comunicación se encontraba en su despacho. El presidente se marchó a casa sin querer hacer declaraciones. Lo mismo hizo Onieva.

Los documentos

Ayer el primero en llegar al club fue Manuel Fernández Trigo, el director general, a quien horas antes se habían relacionado con los secretos de una caja fuerte del estadio. Después lo hizo Onieva, y poco más tarde Lorenzo Sanz. Los tres se reunieron en el despacho del presidente, y poco después se conovocó una conferencia de prensa. Al mediodía, Onieva se sentaba en la misma silla que doce horas antes había ocupado Herrero. Si en la primera comparecencia el vicepresidente primero se rodeó de ocho directivos, Onieva acudió con sólo tres. Era la relación de fuerzas en ese momento. Sanz, de nuevo, decidió quedarse en su despacho. Onieva explicó ayer que su comaparecencia ante los medios de comunicación pretendía aclarar las noticias que se difundían en algunos medios de cominicación sobre la documentación obtenida en una caja fuerte del club, y para relatar cómo se habían producido los hechos.

La caja a la que se refiere Onieva está situada en la zona de taquillas. Según la versión del grupo disidente, dos altos ejecutivos del club (no directivos) se personaron ante el empleado responsable de su custodia para que la abriera. Dijeron ir enviados por "la directiva". El empleado se negó en principio, pero, tras ser amenazado de despido, accedió. El supuesto contenido de esa caja dio lugar a distintas especulaciones sobre documentos comprometedores.

La caja, han explicado los empleados que trabajan con ella, data de los tiempos de Santiago Bernabéu: "Siempre ha estado allí, los presidentes lo han sabido; y Lorenzo Sanz, también. Es una práctica habitual de todos los clubes".

Onieva asumió ayer la orden de que se abriera la caja. Según el vicepresidente económico, el nuevo jefe de taquillas quería tener en su poder toda la documentación del club sobre este tema, y por eso se le pidió al empleado que tiene las llaves de esa caja que la abriera. "Fue una orden directa que dí yo y que ejecutaron los dos nuevos gerentes del club, Julio Senn y Javier Porquera", señaló.

Empleados del club también han señalado que esta investigación iba encaminada a minar la imagen del Manuel Fernádez Trigo, director general y antes gerente, máximo responsable del contenido de esa caja. Pero Onieva explicó ayer que no había irregularidades graves: "Encontramos disfunciones en la venta de localidades a agencias oficiales de reventa, que luego las ponen al servicio del público 20% más caras sobre su valor. De ese 20%, el 10% es el margen que se queda el Real Madrid. Pero quiero aclarar que tras el análisis ya profundo que tenemos, en ningún momento se ha cuestionado la honorabilidad de ningún empleado de la entidad, quizá ha habido algún error a la hora de contabilizar ese dinero, pero nada más".

Onieva y los tres directivos que le acompañaban -Gerardo Sánchez Revenga, José Luis Sánchez y Fernández de Valderrama y Marcelino Alonso- también hablaron del ultimátum dado por Herrero. Onieva reafirmó su intención de no dimitir: "Mi lealtad a Lorenzo Sanz es total, y sólo él deberá decirme cuándo debo irme".

"No hay necesidad de convocar elecciones", agregó, "nosotros cuatro y el presidente podemos seguir llevando el club. Los estatutos dicen que sólo habrá necesidad de elecciones si hay menos de cinco miembros en la junta, circunstancia que no se produce ahora".

El grupo encabezado por Herrero sostiene que la convocatoria de elecciones es irremediable. Un miembro de este sector ha explicado a EL PAÍS que hay un acta de la junta del pasado día 21 de junio depositada en el registro del club en la que ocho miembros de la junta -más del 50%- solicitan su convocatoria en caso de que la destitución de Onieva no se produzca.

Los directivos que están junto a Herrero también mantienen que la junta que celebraron el domingo se ajusta a derecho. "Fue convocada por el vicepresidente primero. Los estatutos no indican que este derecho sea sólo potestad del presidente". El informe jurídico elaborado por encargo de Sanz sostiene que, puesto que el presidente dirige la junta, es el único que tiene potestad también de convocarla.