El Sevilla amarra la promoción en La Rosaleda
El Sevilla mantiene la ilusión del retorno a Primera. En La Rosaleda, el escenario más hostil que podía haber encontrado para jugarse la temporada, agarró la promoción en un partido que supo enfriar y en el que estuvo más pendiente de frenar al Málaga que de su propia creación ofensiva. El empate le aseguraba la promoción pasara lo que pasara en otros campos. Al menos en la primera parte. Marcos Alonso, el entrenador sevillista, quizá no tenía fe en la carambola de resultados que debían darse para que una victoria de su equipo le llevara directamente a Primera, así que decidió salir a nadar y guardar la ropa. Contuvo bien al Málaga, que dominó el centro del campo y sólo creó peligro en lanzamientos lejanos de Movilla y Sandro. En la segunda parte varió sustancialmente el panorama. No es que el Sevilla ganara en ambición, pero sí en criterio. Mejoró su posicionamiento, juntó más sus líneas y hubo más movilidad de los jugadores que encontraron posibilidades de desmarque y de desbordar a los defensas. No lanzó a puerta al Sevilla hasta el minuto 50, y cuando lo hizo, siguió tocando y encontró una mina. En 15 minutos dispuso de ocasiones para sentenciar el partido con sus recursos habituales en las últimas jornadas: búsqueda de faltas en las proximidades del área para aplicar su temida estrategia, y la picardía de Moya. El delantero madrileño buscó el penalti que sirvió al Sevilla para adelantarse en el marcador, igual que pasó en Soria. Tsartas dio un recital.
MÁLAGA 0
SEVILLA 1Málaga: Rafa; Ruano, Bravo, Larraínzar, Valcarce; Movilla, Sandro (Zárate m.57), Agostinho (Afriyie m. 57), Rufete; Edgar y Catanha (Guede m. 78). Sevilla: Monchi; Velasco (Corona m.84), Hibic, Tabaré; Héctor, Francisco, Quevedo, Nando, Tsartas (Juric m. 71); Moya (Juan Carlos m. 69) y Olivera. Gol: 0-1 M. 57 Tsartas transforma un penalti cometido sobre Moya. Árbitro: Ignacio Fernández Hinojosa. Amonestó a Catanha, Afriyie, Velasco, Héctor, Moya, Olivera, Quevedo y Hibic. Unos 37.000 espectadores en La Rosaleda. El público arrojó numerosos objetos al campo a la largo del partido y hubo incidentes a la llegada del Sevilla y de los aficionados del equipo hispalense.
A partir del gol, el Málaga se desdibujó. No se jugaba nada y eso pudo pesar. Peiró quitó el campo a Sandro y Agostinho, el jugador que más peligro había llevado al área del Sevilla, y dio entrada a Afriyie, que ayer jugó más que en toda la temporada. Hubo público que incluso gritó tongo. En La Rosaleda había un doble objetivo: el ascenso del Málaga y dejar al Sevilla en Segunda.
Incidentes
Seis aficionados del Málaga detenidos, dos del Sevilla y cinco policías heridos fue el saldo de los incidentes ocurridos antes y después del encuentro. Durante ellos hubo lanzamientos de piedras y botellas.
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