Clos celebra su triunfo entre la euforia del PSC
Estaba pletórico. Casi flotaba. Joan Clos, reelegido ayer alcalde de Barcelona, fue recibido a las once de la noche en el tercer piso de la sede del Partit dels Socialistes con un atronador aplauso. "Tendremos el honor y el orgullo de llevar a Barcelona al siglo XXI. Gracias, muchas gracias", éstas fueron las primeras palabras que Clos acertó a pronunciar entre el griterío de la sala. En la sede del PSC de la calle de Nicaragua estaban todos los que querían celebrar una de las noches electorales más felices de la historia del partido. Los socialistas también empezaron ayer a festejar lo que ya creen otra batalla prácticamente ganada, la de las autonómicas. Y Pasqual Maragall, recibido al grito de "president, president!", brindó por el triunfo municipal del PSC.
El flamante alcalde de Barcelona entró en la sala cuando se había escrutado algo más del 60% de los votos. Todavía estaba bailando la mayoría absoluta, algo que resultaba increíble para los propios militantes y simpatizantes, a juzgar por las caras de asombro que reinaban. Y no eran pocos los que recordaban las frecuentes críticas de las que ha sido objeto Clos por ser un alcalde no elegido, sino "designado" por su antecesor, Pasqual Maragall. El panorama de un Clos que superaba con creces los resultados del PSC en las elecciones municipales fue también algo que en anoche iba de boca en boca: "Va a ganar a Maragall". "Estamos luchando por la mayoría absoluta", afirmó el alcalde, que fue interrumpido de nuevo por los aplausos. Prescindiendo de si al final lograrían los 21 regidores o no, un Clos exultante subió al estrado con una estampita de Sant Antoni de Pàdua -el patrón de los albañiles-, al que el alcalde se refirió bastantes veces durante la campaña para recordar al electorado la cita del domingo 13 de junio, día dedicado a este santo. Y Clos, que siempre ha hecho gala de hombre discreto -"lo mío nunca ha sido el extremismo", dijo ayer mismo-, se arrancó con la promesa de que Barcelona "será la mejor ciudad de Europa". "Tendremos mucha responsabilidad, la de administrar bien la victoria, una victoria que hemos conseguido con el apoyo de la gente de progreso que ha llevado Barcelona a donde está ahora. Y sobre todo, gracias a los ciudadanos y ciudadanas que nos han dado la victoria". En las primeras filas de una sala en la que no cabía ni una aguja se apretujaban Pasqual Maragall, Narcís Serra y José Borrell -que recibió un cálido aplauso-, entre otros notables del partido. De Maragall, Clos dijo que fue el alcalde "de la gran transformación de Barcelona". Pero ya no pudo seguir porque toda la sala estalló en gritos de "president, president!". Ya más centrado en el futuro inmediato y en el panorama que se vislumbra en el próximo consistorio, Clos se refirió a las otras formaciones políticas. Y concluyó: "Como siempre se seguirá buscando el consenso con todos para los grandes temas. Seguiremos buscando la complicidad de todo el mundo". Cataluña y los municipios Intentando recuperar un poco -pero sólo un poco- la seriedad habitual de su discurso, Clos añadió que hay que seguir trabajando "para que Barcelona se proyecte más al mundo y también por la Barcelona que llegue ¿adónde?", preguntó al auditorio. "A todos los rincones", corearon en la sala. "Y ahora, a trabajar. Estamos obligados a mucho, pero lo haremos porque nos gusta Barcelona". Un hora más tarde, cuando ya se conocía prácticamente el escrutinio total, Clos reapareció con Narcís Serra y Pasqual Maragall. Y fue Maragall quien se empleó a fondo en destacar lo que podría llegar a suponer la victoria socialista en las municipales: "Cataluña se hace desde abajo, desde todos los municipios, desde todos los lados, desde Gràcia a Olot", dijo ante un público más que entregado. "Hoy es el día de la victoria que esperábamos hace mucho tiempo. Yo esta mañana ya he dicho que hoy sería un día de grandes sorpresas, buenas para nosotros. Un día histórico que desde hace 17 o 18 años no se producía", continuó. Ante los gritos de "president, president!", atajó: "De eso ya hablaremos, hay mucho trabajo que hacer". Pero sí insistió en la idea de que el resultado de ayer -de "la gran escombrada municipal", lo calificó- es la apertura de una nueva etapa: "¡Vivan los municipios de Cataluña!", concluyó.
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