Empate soso e intrascendente entre Valladolid y Zaragoza

El último partido de Kresic en Zorrilla resultó tan soso e intrascendente como toda su época en Valladolid. Se cierra una etapa marcada por el rechazo del graderío, por la ausencia de objetivos claros y por la idea de transición. El Zaragoza, que debía haber llegado a Valladolid con la mente puesta en el séptimo lugar de la clasificación, no sacó tajada. Tampoco fue rival para un equipo tan mediocre como el Valladolid de ayer. El choque en la primera mitad fue un camino tortuoso de errores y sinsentidos para unos y para otros.

Los dos, el que no se jugaba nada y exhibió tal condición, y el que sí se lo jugaba, se dedicaron a enmarañarse, a mostrar todavía una pinta peor que la del rival. Con todo, el Zaragoza pudo llevarse los tres puntos después de que Jamelli cometiese su único acierto de la tarde recién comenzada la segunda parte.

Pero la sorpresa llegó con la reacción del Valladolid que supo encontrar el camino para empatar el partido con un cabezazo certero de Caminero después de la única jugada colectiva de todo el encuentro.