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ELECCIONES 13-J Europeas

En Europa como en España

Las cinco grandes fuerzas presentan ante los comicios europeos ideas similares a las que defienden en la política nacional

Carlos E. Cué

, Las cinco grandes candidaturas que se presentan a las elecciones para el Parlamento europeo se muestran claramente europeístas en sus programas y básicamente satisfechas con el proceso de integración. Salvo IU, muy crítica con el diseño actual de la UE no sólo en lo político e institucional, sino especialmente en lo económico.

> PP.

El programa electoral del PP puede parecer más bien un glosario de los logros del Gobierno popular. Después de una fuerte crítica a la forma en que los socialistas negociaron la entrada en la Comunidad Europea en 1986, sobre todo en el tema agrícola, que es el que atañe a su candidata, Loyola de Palacio, su texto se centra en demostrar cómo el PP "ha puesto fin a aquella inaceptable situación". El momento clave, que domina sus 53 páginas, es marzo de 1999. Fue entonces cuando, en la cumbre de Berlín, España logró que se mantuvieran los fondos de cohesión, aunque reducidos, y cuando "la brillante gestión" de De Palacio obtuvo, según el PP, beneficios en materia agraria para España. Sigue el glosario: en 1996 España no cumplía ninguno de los criterios de convergencia. Gracias a la política "firme y rigurosa" de Aznar, se han podido cumplir. La inclusión entre los 11 países de la zona euro se considera un logro del Ejecutivo y por ello el PP lo utiliza para comparar su importancia con el Plan de Estabilización de 1959 o la entrada en la Comunidad de 1986. En el capítulo que se acerca más a las propuestas para el futuro, el PP ofrece defender en Europa los intereses de España manteniendo "posturas firmes en las negociaciones". En el terreno económico, defensa de la liberalización de los mercados y de la privatización de servicios como aeropuertos o carreteras.

> PSOE-Progresistas.

Los socialistas han elaborado para estas elecciones no un programa, sino un manifiesto de 21 puntos, acordados con todos los miembros del Grupo Socialista Europeo. El PP ha criticado el escaso volumen de este documento, comparado con las 53 páginas del suyo. Los socialistas critican sobre todo la concepción "desideologizada" que, según dice, la derecha tiene de Europa. Y todo el manifiesto es una especie de oda al orgullo de ser ciudadano europeo, de las bondades de pertenecer a Europa, y una llamada al compromiso para lograr una UE más solidaria y más cercana al ciudadano. "Europa es algo más que una moneda", se dice en referencia al euro para resumir ese sentimiento. El manifiesto tiene llamadas casi más propias de un mitin: "No aceptamos la resignación. Creemos en nuestras posibilidades creativas como europeos". Pero también se recuerdan los logros. En la parte dedicada a la historia, allí donde el PP criticaba la negociación de entrada en la UE, los socialistas hablan de las "aportaciones esenciales" de España al proceso de construcción europea: la cohesión, la ciudadanía europea, las relaciones con América latina. Y un espacio, tras recordar que les llamaron "pedigüeños", para la crítica al PP: "El Gobierno de Aznar ha hecho que España pierda peso político en la UE".

> Izquierda Unida.

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Es la fuerza que más gravemente critica el sistema institucional y económico de la UE . Especialmente, en lo que se refiere a las conclusiones surgidas del Tratado de Amsterdam, que considera un auténtico fracaso al no haber logrado crear una verdadera Constitución europea, a la que aspira IU. El déficit democrático de la UE recibe fuertes críticas y condiciona casi todas las propuestas: igualdad de la Comisión y del Consejo de Ministros a la hora de ejercer el poder legislativo; control por el Parlamento Europeo de todos los organismos de la UE; críticas a la cesión de las políticas monetarias al Banco Central Europeo por su nula representatividad democrática... Pero las críticas más fuertes son para el modelo económico defendido por la UE: "La presente crisis económica y financiera muestra la falsedad de los postulados de la ortodoxia liberal" sobre los que se funda la economía europea. La guerra en Yugoslavia, que ha centrado la campaña de IU, también tiene cabida: "En esta guerra, la UE deja de existir como proyecto propio al haber sucumbido al designio estadounidense".

> PNV-EA-ERC-UM.

Europa es la clave del desarrollo de la soberanía vasca. Ésta es la idea central del programa de los nacionalistas vascos, que concurren a las elecciones en coalición con Esquerra Republicana de Catalunya y Unión Mallorquina. Los nacionalistas parecen estar mucho más dispuestos a tener a Bruselas que a Madrid como interlocutor para negociar competencias. Es la vieja concepción de la Europa de los Pueblos. Por ello proponen que cambie la idea "estatalista" de la integración europea para que queden representadas las diversas "naciones y regiones" de los 15. Tras alguna retórica como definirse "pueblo milenario", medidas concretas: la creación de una segunda Cámara al margen del Parlamento Europeo, una especie de Senado en el que estarían representados todos los pueblos. Y una opción inteligente: apoyar con firmeza la entrada de los países del Este. Sólo varias páginas después se entiende por qué: "La dimensión y población de algunas de esas naciones son menores que las de Euskadi por lo que no se podrá invocar jamás la escasa dimensión de nuestro pueblo para impedirle el ejercicio de sus derechos colectivos".

> CiU.

Los programas de los nacionalistas vascos y catalanes son muy similares. Tanto que consta como anexo las conclusiones de la Declaración de Barcelona que firmaron CiU, PNV y BNG. La clave es el reconocimiento de la Generalitat como interlocutor válido de la UE para todos los temas en los que tengan competencias. Y uno de los asuntos que más preocupan es el de poder reclamar ante el Tribunal de Justicia Europeo cuando haya conflictos de competencias con el Gobierno central. Evitarían así pasar por el Tribunal Constitucional. Medidas para que Cataluña esté más representada en Europa: tener subcomisarios enviados por la Generalitat y participación en el Consejo de Ministros de la UE. Y un tema clave: que el catalán sea lengua oficial en los organismos europeos ya que, por el número de personas que lo tienen como idioma oficial, es el séptimo de Europa, por delante del sueco o el danés.

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