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"Contrabandeando"

El último disco de Javier Ruibal llevaba un título significativo: Contrabando. En su tercera acepción, el diccionario de la lengua castellana lo deja muy claro: "Mercancía, género o lo que se produce o introduce de forma fraudulenta". Ese parece ser el sino de Ruibal: contrabandear con su música como si fuera algo fraudulento. Dicho de otra manera: a muchos les gustaría que la música de Ruibal fuera fraudulenta para no tener que aceptar la evidencia de que una buena parte de las innovaciones que el flamenco ha sufrido en los últimos tiempos proviene directamente de los trabajos de este gaditano con alma de luchador incansable. Fue el primero que mezcló la canción de autor con el flamenco y después se paseó por terrenos tan cercanos / lejanos como el jazz, el rock y las músicas caribeña y norteafricana. Una mezcla de ritmos y sensaciones que otros han comercializado consiguiendo números unos y ventas millonarias. Pero, por suerte, Ruibal no se amedrenta ante esos desplantes y sigue adelante con la misma fuerza que hace 20 años. Esta noche Javier Ruibal vuelve a Barcelona con su quinteto (atención a la magnífica guitarra de Tito Alcedo), una vez más por la puerta pequeña (¿para cuándo un Palau, un Auditori o un Grec en toda regla?): a las 22.00 horas en el centro cívico Las Bassas.

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