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Reportaje:

La reconciliación con el mar

Y el edificio cayó. Y con él no sólo se desplomaron sus 11 plantas sino décadas de ignorancia del mar Mediterráneo desde el mismo pulmón de la ciudad. El 7 de mayo de 1998 la voladura controlada del edificio Trino devolvió la vista marina a Almería. El colmo del desprecio al Mare Nostrum -la fachada del bloque miraba al norte y la parte trasera a África-, despejaba la panorámica y las futuras ideas de Almería como ciudad abierta. Coeficientes económicos a un lado (se criticó a los populares el "alto" precio pagado para conseguirlo, 800 millones), la eliminación del inmueble culminaba también el largo proyecto de urbanización de la Rambla. Lo que por naturaleza estaba dividido en dos (la Almería del Este y del Oeste) por aquel cauce seco, el hombre comenzó a unirlo allá por 1989 y en tan sólo unos meses habrá llegado a su fin. En esa misma apertura hacia el sur, el puerto comercial adquiere, en cada ejercicio, mayor peso específico para una capital que aspira a pasar del lugar "donde todo acaba", a ser "lugar de paso" obligado, tal y como lo entiende la Cámara de Comercio almeriense. El crecimiento de la Autoridad Portuaria Almería-Motril ha sido, en mercancías generales, el más alto de todos los puertos comerciales del país, con un 38% (la media nacional está en el 12%). Y en pasajeros, sigue también el despegue. La consecución para la ciudad, el 28 de abril en Túnez, de la sede oficial de los Juegos del Mediterráneo en el año 2005 ha alimentado entre el sector político, empresarial e intelectual las esperanzas de "reenganche" a la modernidad y la llegada de infraestructuras pendientes para la capital más oriental de Andalucía y también más alejada de Sevilla. Una excusa de progreso El evento deportivo se repite en palabras de los políticos como "una mera excusa" que sirva de palanca de progreso y reavive las inversiones. Sólo en instalaciones deportivas se prevé una inversión en torno a los 6.000 millones de pesetas. El reto para la creación de la villa mediterránea en los terrenos urbanísticamente vírgenes de El Toyo recaerá sobre la próxima corporación municipal tras la cita electoral de mañana. "El Ayuntamiento posee el 51% del capital que se genere de la empresa mixta. No debe hacerse algo que sirva sólo para los juegos. Se tiene que hacer algo para los almerienses", afirma el actual alcalde, el popular Juan Megino. El 2005 reafirmará también reivindicaciones eternas: la autovía Adra-Motril, la terminación de la A-92 y, de más reciente petición, la conexión con el tren de alta velocidad que, de quedarse en Valencia (donde está establecida la terminal), condenaría a la ciudad al aislamiento con el corredor del Mediterráneo. Y más allá del 2005.

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