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"Los socialistas ya no estamos a la defensiva y eso se nota"

Anabel Díez

, Rosa Díez, militante socialista desde hace 22 años, emplaza a quien quiera a la noche del 13 de junio. "Voy a anunciar la victoria en las elecciones europeas". Y con ese tono lleva dos meses recorriendo España pidiendo "el voto rebelde", asegurando que su partido ha dejado de estar "a la defensiva", que defiende los valores de la izquierda, de la solidaridad, y la importancia de que se vote a su candidatura porque significa "progreso", frente a "sociedad anónima" que es la opción que atribuye a su adversaria del PP, Loyola de Palacio. "La izquierda ha vuelto a sonreír y nos va a votar con alegría". La candidata socialista se escurre como una anguila cuando se le menciona si puede ser la candidata a la Presidencia del Gobierno a la vista del entusiasmo que está levantando entre su militancia. Su encargo es el de ganar las elecciones europeas aunque advierte de que no va a desaparecer de la vida política española.Pregunta. En las europeas de 1994 y en las municipales y autonómicas de 1995 ustedes perdieron casi todo el poder institucional. Ahora se muestran seguros de que van a recuperar mucho voto. ¿En qué se basan?

Lugar y fecha de nacimiento Sodupe (Vizacaya)

28 de mayo de 1952Profesión Funcionaria del Estado Cargo Diputada del Parlamento vasco Años en el cargo 9 Partido político PSE-PSOE-EE

Respuesta. Nos basamos en que los ciudadanos ya saben cómo gobierna Aznar y cómo gobierna la derecha en los ayuntamientos y en las comunidades. Menos servicios sociales, más beneficios para la minoría y, sobre todo, el Gobierno ya no puede echar la culpa a Felipe González del caos aeroportuario, de que las pensiones mínimas no suban, de la pérdida de peso de España en el mundo. No, ya no puede, es su responsabilidad, ya no tiene coartada.

P. Entonces no es por méritos propios.

R. Claro que hay. En el 95 vivimos una situación difícil con escándalos y casos de corrupción que nos siguen produciendo sonrojo, pero la mayoría social progresista está deseando volver a votarnos y también los jóvenes que van a votar por primera vez.Estamos notando que ven en nosotros elementos para ser votados, hay esperanzas, hay expectativas.

P. Usted no cree que las elecciones europeas mueven al voto no tanto por el proyecto de cada cual sino por razones ideológicas.

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R. Sí, creo que las europeas son muy ideológicas porque hay dos proyectos ideológicos. El socialdemócrata y el conservador, dos formas diferentes de afrontar los problemas, de establecer prioridades. Esperamos que haya una gran participación y que los ciudadanos entiendan que Europa no es algo ajeno a ellos, sino que lo que allí se decida y se haga tiene que ver con su vida, con su ayuntamientos, con su comunidad, con su país.

P. Pero lo primero que se medirá la noche del 13 es el porcentaje de voto que ha tenido el PSOE y el PP, como primer examen desde las elecciones generales de 1996.

R. Pues será un error. Estas no son primarias de las generales, son elecciones para el Parlamento Europeo con dos proyectos enfrentados; el mío y el de Loyola. O más progreso, o más sociedad anónima.

P. Usted encabeza una lista que va a ser votada en toda España y ésta es su primera experiencia de la vida política nacional.

R. No, no. Yo he hecho política nacional defendiendo en el País Vasco la tolerancia, el pluralismo y la paz. Ahora bien, es verdad que mi experiencia en esta campaña es gratísima no sólo por la calidez y el entusiasmo que me ofrecen en los mitines, lógicos, porque son militantes, compañeros, amigos, sino por lo que percibo en la calle. Unas veces, jóvenes que sin decirme una palabra levantan hacia arriba el dedo pulgar; otros que aseguran ser abstencionistas desde hace años y que ahora dicen que me van a votar; gente que me da ánimo. En fin, es que se nota que el partido ya no está a la defensiva, la gente lo nota, veo que la izquierda ha recuperado la sonrisa y nos va a votar con alegría. También tengo que decir que esta experiencia me confirma algo que ya sabía y es que lo mejor de mi partido es su militancia, su compromiso, su aguante, es impresionante y emocionante.

P. Habrá visto usted que esa militancia venera a Felipe González y que le sigue recibiendo al grito de "presidente" y en buena medida está tapando su campaña.

R. En absoluto. Imagínese que alguien necesita una manta y se te brinda y, además, de la mejor calidad. Felipe González me arropa. Felipe suma.

P. Habrá usted comprobado que Felipe González no apela como usted a la izquierda ni tampoco los dirigentes de su partido nacionales se regodean demasiado en declararse de izquierdas.

R. No sé. Yo pido el voto de la izquierda que coincide con la mayoría sociológica de España y que abarca también el centro-izquierda. Yo me encuentro cómoda en la socialdemocracia europea, que defiende los valores de la igualdad, de la solidaridad, del mestizaje y por eso pido el voto rebelde contra quien pone trabas a lo anterior. Toda mi vida he militado contra la resignación y no quiero para mi país este Gobierno y no quiero una mayoría conservadora en Europa y por eso quiero ganar las elecciones con más de 10 millones de votos.

P. Desde luego, si obtuviera usted ese resultado, seguro que avanzaría la idea que lanzó Joaquín Almunia de que una mujer socialista debería ser lo más pronto posible la presidenta del Gobierno.

R. Joaquín Almunia dijo algo que quiere todo mi partido. Primero que una mujer sea presidenta y después, claro está, que sea socialista.

P. ¿Pero está usted disponible para entrar en el grupo de los que pueden aspirar a ser candidatos?

R. Estoy disponible para dar la rueda de prensa el 13 de junio y anunciar que hemos ganado las elecciones europeas.

P. ¿Qué características debe tener el candidato a la Presidencia del Gobierno?

R. Tenemos banquillo. [Sin perder la sonrisa mueve la cabeza de un lado para otro de una forma que no permite dudas respecto a que no va a decir una sola palabra más sobre este asunto, haciendo gala de su dualidad como política: la espontaneidad y arrojo en los mensajes a la sociedad junto a la más estricta cautela disciplinada para no dar cuentas de puertas para afuera de las cuitas internas del partido].

P. Usted está haciendo una campaña muy personal, hablando en primera persona de proyectos para Europa y para España. Hasta ahora, los eurodiputados desaparecen de la vida nacional después de las elecciones.

R. Yo no voy a desaparecer de la vida política española.

P. Pues marcará usted un precedente.

R. Si el candidato hubiera sido Felipe González como muchos compañeros propusieron, a nadie se le hubiera ocurrido pensar que iba a desaparecer de la vida política española. Yo, tampoco.

P. En cada mitin va usted introduciendo píldoras europeas, tanto de reformas institucionales, como de retos pendientes. ¿Quiénes son sus asesores?

R. He sido consejera siete años en el Gobierno vasco de un área económica y necesariamente tenía que saber de muchos temas de economía internacional. Pero no hay ningún misterio: se trata de aprender lo que uno no sabe y eso se consigue trabajando y yo tengo bastante capacidad de trabajo; y esto no es una bilbainada petulante, es que es así.

P. ¿Va a dirigir usted el grupo parlamentario?

R. Claro. Bueno, con más compañeros, pero lo voy a dirigir.

P. Usted reivindica la política.

R. Lo hago porque me siento muy orgullosa de ser política, siento pasión por la política desde que en mi casa, mi padre, la ensalzaba porque no se podía hacer política. Yo creo en la política, siento que sirve para algo, siento que es útil nuestro trabajo. No reivindican la política quienes tienen el poder económico y no lo necesitan. Yo soy una política con el pie en la tierra, sé quién me ha votado y sé a quién represento y a quién tengo que defender, normalmente a la gente más sencilla.

P. Sitúese ya en el Parlamento Europeo y después de que los aspirantes a comisarios hayan pasado el primer examen y le toca votar al pleno. ¿Votaría usted a Loyola de Palacio si fuera propuesta como comisaria?

R. Quiero dejar claro que si Loyola de Palacio no es comisaria no será por causa de los socialistas ya que, primero, la tiene que proponer el presidente del Gobierno español, José María Aznar, y después, la tiene que avalar, Romano Prodi. Pero este no es el asunto. Loyola de Palacio está disgustada desde el principio, no por el lino, sino porque no quería ir en la lista y eso se nota. Luego está el escándalo del lino que no se puede tapar porque la propia Comisión Europea es la que ha abierto una investigación así que nunca, en ningún caso, Loyola no será comisaria por culpa de los socialistas.

P. No es esa la opinión del PP que les acusa de arremeter contra De Palacio como núcleo central de la campaña.

R. ¿Es que nos van a prohibir criticar a los candidatos en el terreno político? Si el PP pudiera, suprimiría la campaña, a Loyola le sobra la campaña y yo reconozco que quiero campaña, quiero debates, pero ellos no quieren hablar de España, ni de Europa. Pero respecto a Europa la derecha ya tiene acreditada su escasa talla, sobre todo estos días.

P. Se refiere a la elección de Javier Solana como Míster Pesc.

R. Sí. Es lastimoso que Javier Solana haya sido elegido responsable de la política exterior y de seguridad común a pesar de Aznar y que los otros 14 jefes de Gobierno se hayan dado cuenta, a mí me da vergüenza porque es el presidente de mi país. Pero a pesar de él, Solana, con su liderazgo, cubrirá un déficit que tiene Europa y que se ha puesto de manifiesto en el conflicto de los Balcanes, que no es sólo Kosovo sino que fue hace años Sarajevo y Europa no hizo nada. Lo prioritario fue la moneda única, bien, pero el euro ya está y ahora hace falta una unión política de verdad y una política exterior y de seguridad común y hasta que esto no sea una realidad, Europa no será respetada. Creo que los europeos tenemos que hacer autocrítica por haber permitido que mientras todas las energías se ponían en la moneda única no se frenó al genocida Milosevic.

P. Usted se dirige a la izquierda y le pide el voto, pero buena parte de ese sector, según los sondeos de opinión, está en contra de la guerra; ni con Milosevic ni con la OTAN.

R. No puedo aceptar ese discurso ante un criminal como Milosevic. Ser neutral es estar con el genocida; aquí la neutralidad es falta de compromisos; la neutralidad es de cobardes.

Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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