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ETA da por liquidado el Estatuto y plantea una "segunda transición"

Un texto interno de la banda desvela su proyecto institucional

Un informe interno de la banda terrorista ETA elaborado en octubre pasado, después de la declaración de tregua de septiembre, precisa su proyecto institucional para el País Vasco a través de una "segunda transición", echando por tierra el sistema autonómico actual. Tras el refrendo del Estatuto en 1979, HB se comprometió a presentar una alternativa. Nunca lo hizo. Ahora, ETA plantea un esquema institucional que, ya de entrada, pasa por encima de las constituciones española y francesa.

El informe de ETA reconoce sus dificultades históricas para ofrecer una alternativa al sistema autonómico vigente, pues "la división que durante la historia ha sufrido Euskal Herria -Navarra está integrada en una comunidad institucional, la Comunidad Autónoma Vasca en una segunda y las provincias vasco-francesas en una tercera- ha impulsado a que se hable abstractamente de este tema".La banda terrorista propone ante esa división la creación de "una institución que abarque en su totalidad los diferentes temas: economía, lengua, cultura, organización territorial, educación". La cristaliza en la denominada Junta de Pueblos o reunión de los representantes municipales.

Un segundo organismo a crear, según la misma propuesta, sería la Junta de Herrialdes, que la integrarían los representantes de cada uno de los seis (Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra, Lapurdi y Zuberoa). La Diputación de cada herrialde estaría formada por 12 miembros, y los integrantes de la junta sumarían, por tanto, 72 miembros.

El tercer organismo sería la Asamblea Legislativa, elegida con los votos de todos los ciudadanos y compuesta también por 72 representantes. La Junta de Herrialdes y la Asamblea Legislativa formarían una cuarta institución: la Junta General, de 144 electos. Esa junta de dos cámaras elegiría al lehendakari que formaría Gobierno y tendría que conseguir el aval de la Junta General.

El documento precisa el papel de "las dos cámaras" de Euskal Herria. La Asamblea Legislativa, legislaría. La Junta de Herrialdes sería una cámara de segunda lectura. En los temas que afectasen directamente a los municipios, tendría la capacidad de introducir cambios, y daría el visto bueno a las leyes procedentes de la Asamblea Legislativa.

El informe señala que será la Junta de los Pueblos, que viene a ser la actual Asamblea de Municipios, que celebró una primera reunión en Pamplona en enero, "la única y superior representación de los ciudadanos vascos". ETA precisa que "lo más adecuado" es que la representación corra a cargo de los alcaldes, pero "si por las características de los pueblos, no se asegurase su presencia, entonces los concejales tendrán la responsabilidad de representar a su pueblo en esa institución". Las "características de los pueblos" es un eufemismo para referirse a los municipios sin mayoría nacionalista, que se supone no aceptarán la creación de organismos alternativos a las instituciones autonómicas. El calendario La banda establece un calendario. El primer paso -según el texto de ETA, fechado en octubre- sería la constitución de la Junta de los Pueblos y lo fija para enero de 1999. En esa fecha se constituyó en Pamplona la Asamblea de Municipios Vascos a la que acudieron los alcaldes de los partidos nacionalistas o concejales allí donde los alcaldes no eran nacionalistas.

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ETA fija para enero del año 2000 el segundo paso con la constitución de la Junta de Herrialdes. El texto señala que "no habría problemas" con la representación de las diputaciones de Guipúzcoa, Álava y Vizcaya, donde da por hecha una mayoría nacionalista. Admite, sin embargo, que habrá problemas en Navarra -donde prevé una mayoría no nacionalista- y en los territorios vasco-franceses de Lapurdi y Zuberoa, donde, según señala ETA, "tendrán gran importancia la voluntad de las fuerzas políticas y de los políticos".

El tercer paso sería la apertura de un proceso constituyente, que ETA pretende que "sea lo más breve posible, antes de acabar el año 2000". Precisa que "las diferentes instituciones que hay durante la transición, tanto las viejas -Comunidad Autónoma Vasca, Comunidad Foral Navarra- como las nuevas -Junta de los Pueblos, Junta de Herrialdes y, "si existe, la institución" que reúna a las provincias vasco-francesas- convocarán elecciones generales para formar la Asamblea Legislativa de Euskal Herria". ETA afirma a continuación que "de esa Asamblea Legislativa saldría el primer Gobierno vasco", cuya "principal misión sería la de llevar a cabo la segunda transición".

El texto precisa que "las instituciones de la transición tendrán que desaparecer" y cita en primer lugar las de la Comunidad Autónoma Vasca, esto es, las actuales instituciones autonómicas. En una segunda fase cita a la institución que reuniese a las provincias vasco-francesas. "En ese momento, y teniendo en cuenta la nueva situación, habría que realizar nuevas elecciones en toda Euskal Herria, dando por finalizada la estructura institucional", concluye el informe.

La abstención

El informe de ETA plantea que debe existir una representación de la abstención electoral. Precisa que los votos totales de la abstención -que tiene un doble móvil, de "activa" o de "pasotismo"- podrían dividirse por dos, y sumar una mitad a la participación. "En la Asamblea Legislativa, las abstenciones tendrán sus sillas teóricas, pero sólo para una cosa: para medir la proporción de alguna mayoría. Esto es, el valor de la abstención sería mayor, pues habría que conseguir en la Asamblea Legislativa un porcentaje mayor para tener la mayoría", precisa. Sus redactores reconocen sus limitaciones al señalar, al final, que "sin duda, la propuesta que se hace aquí, necesita de la aportación de los entendidos en legislación".

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