Asunción y Zaplana eluden las propuestas concretas en el primer cara a cara aut [HH] onómico El presidente asume que tie [HH] ne mayoría y emplaza al aspirante a avanzar posibles alianzas
Los dos principales aspirantes a ocupar la presidencia de la Generalitat se enfrentaron ayer en un debate cara a cara organizado por la Cadena SER. Antoni Asunción, candidato socialista, denunció el idílico panorama de la Comunidad Valenciana que pintan los populares y puso el acento en la deuda acumulada por la Generalitat. Eduardo Zaplana llegó a molestarse, pero no bajó a la arena y se escudó en una retahíla de datos para refrendar su gestión. Pero ninguno de los candidatos ofreció propuestas concreta para el futuro y el conjunto del debate resultó alicorto.
El aspirante socialista insistió en buscar el cuerpo a cuerpo con el presidente de la Generalitat. Interrumpió sus intervenciones, apostó por renunciar al moderador y habló indistintamente en castellano y valenciano. El presidente de la Generalitat se ciñó al guión, se mostró indignado en algún momento, pero demostró más soltura para colocar las inevitables expresiones demagógicas. En un primer balance de gestión, Zaplana aseguró que, en 1995, el ambiente general en la Comunidad Valenciana era de "desmoralización", incluso, de "cierto complejo". Y afirmó que se han invertido las tendencias en cuanto a creación de empleo, se han acumulado competencias como nunca y los avances en vertebración e infraestructuras han sido espectaculares. Asunción calificó el balance como una "visión idílica", recordó que la Comunidad Valenciana no está aislada y atribuyó la recuperación económica iniciada en 1995 a la labor previa desarrollada por los socialistas. "La bonnanza económica se podría haber aprovechado mejor", dijo. Denunció que el mapa escolar se ha desarrollado en un escaso 25%, lamentó la "intolerancia" hacia la universidad, redujo los logros en infraestructuras a "38 kilómetros" de la autovía a Madrid y advirtió sobre el volumen de la deuda acumulada por los populares, que cifró en 800.000 millones. Zaplana recordó que nunca tuvo ocasión de enfrentarse cara a cara con el presidente de la Generalitat cuando era candidato y dejó caer que obtendrá una amplia mayoría el 13 de julio. "Los sondeos hablan de un gobierno estable, pero esa no es su situación", dijo, y pidió al aspirante socialista que avanzara las alianzas que su formación considera para el futuro. El presidente insistió en el buen momento económico, destacó que se han logrado ayudas de la Unión Europea y señaló que la Comunidad Valenciana "es la locomotora del Estado". Asunción recordó el fondo del Objetivo 1 persigue subvencionar a las regiones más pobres para equiparar los niveles de renta con la media europea: "No es para vanagloriarse", resumió. Dejó caer que "algunos empresarios" están mucho mejor que antes y recordó que muchos ciudadanos han renunciado a buscar empleo, sobre todo entre las mujeres. Zaplana replicó con una batería de datos sobre evolución del desempleo, afiliación a la Seguridad Social o inversión inducida en las empresas. Aseguró que los populares han logrado contener el gasto corriente y han frenado el endeudamiento. Vaticinó que se pueden crear 150.000 empleos en cuatro años y que situará a la Comunidad Valenciana entre las regiones más ricas de Europa durante la próxima legislatura. Asunción prometió socarrón que el presidente merece el premio Nobel de economía y reiteró su preocupación por el volumen de la deuda. Interrumpió reiteradamente a Zaplana y logró sacarle de sus casillas al airear las obligaciones financieras contraídas por la Generalitat, sus empresas públicas y las administraciones provinciales y locales. Pero el presidente evitó entrar al trapo. El hospital de Alzira centró otro capítulo. El aspirante socialista recordó que la sanidad es un sector estratégico que no se puede ceder en régimen de concesión a empresas privadas, "como la gestión del agua o la basura". "¿Privatizaría usted el Cesid, o la Policía?" El presidente dijo haber "sacado recursos de debajo de las piedras" para garantizar la sanidad pública, universal y gratuita y atender una exigencia de los vecinos de La Ribera. Asunción sugirió que la Generalitat debería preocuparse de destinar fondos a la sanidad antes que promocionar inversiones en "ocio y espectáculo", como en el caso de Terra Mítica. Zaplana replicó que todos los proyectos impulsados por el Consell redundarán en el crecimiento económico de la Comunidad Valenciana y apuntó que "sin progreso no hay bienestar". Hubo algunos pinchazos directos. Zaplana sacó a relucir las malas relaciones entre Asunción y Felipe González y recordó que cerró su despacho de abogados cuando se dedicó a la política. Pero el aspirante socialista salvó los envites con elegancia. El presidente también recordó que sufrió una campaña en su contra financiada con fondos públicos durante los primeros meses de 1995. Pero Asunción le devolvió la pelota, denunciando cómo la televisión pública se limita a repicar una realidad ficticia dibujada por la Generalitat.
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