Una mujer y sus dos hijos mueren en un "punto negro" de la N-I al estrellarse su coche

Una mujer y sus dos hijos (de tres y siete años) fallecieron cuando el vehículo en el que viajaban se salió de la calzada en un punto negro de la carretera de Burgos (N-I). El padre, que iba al volante, resultó ileso. El vehículo dio varias vueltas de campana, cayó a la mediana y se incendió. Atrapadas, la madre y su hija se calcinaron. El otro hijo salió despedido y sufrió heridas mortales al golpearse con las piedras de la mediana del kilómetro 63 de la N-I. No fueron las únicas víctimas de la carretera: otro conductor murió ayer al chocar contra un muro en la A-6.

El coche de la familia siniestrada tenía matrícula de San Sebastián. El padre era el conductor, la madre iba en el asiento del copiloto y los dos hermanos viajaban detrás. Eran las 18.30 y acababan de pasar por el tramo de la carretera de Burgos que cruza La Cabrera, y cuya peligrosidad es tal que el Ministerio de Fomento ya ha destinado 100 millones de pesetas para mejorar su trazado.Tras pasar el alto de esa localidad enfilaron una cuesta abajo muy pronunciada. La pendiente termina en unas curvas muy cerradas, señalizadas con dos carteles que limitan la velocidad: el primero establece un tope de 100 kilómetros por hora, y el segundo, de 80.

Fue en la curva del kilómetro 63, un viraje pronunciado hacia la derecha, donde la familia se topó con la tragedia. El padre perdió el control del coche y el vehículo comenzó a dar vueltas de campana. El turismo voló por encima de la valla de protección y aterrizó contra la mediana, llena de rocas. Quedó del revés.

El hijo mayor, un varón de tan sólo siete años, salió despedido por una de las ventanas del coche en el accidente. Cayó fatalmente sobre las piedras de la mediana. Sufrió numerosas y graves contusiones por todo el cuerpo. "Cuando el servicio de rescate de la Comunidad de Madrid acudió al rescate, el niño estaba en un estado preagónico. Los médicos trataron de reanimarle, pero su tarea fue inútil", señaló un portavoz del Sercam.

Un viajero que presenció el accidente se bajó para ayudar. Llegó a tiempo para sacar al padre de familia del vehículo. Pero no pudo hacer nada por la mujer y la hija pequeña, de sólo tres años: quedaron atrapadas por los hierros deformados del vehículo y el coche se incendió. Madre e hija resultaron calcinadas. Los bomberos de la Comunidad pudieron ver el humo desde el parque de Lozoyuela. Acudieron enseguida al accidente y fueron los que extinguieron el fuego. Un guardia civil del grupo de atestados fotografió el suceso y no pudo contener las lágrimas por el terrible accidente. Cámara en mano, el agente lloraba sin parar, según aseguró un testigo presencial que pasaba por allí en su vehículo.

El accidente causó un atasco de varios kilómetros en ambos sentidos de la carretera de Burgos.

El tramo donde se produjo el accidente es bien conocido por el Sercam y la Dirección General de Tráfico por su peligrosidad y los accidentes reiterados. Precisamente, el Ministerio de Fomento tiene en obras ese tramo. El presupuesto de la obra es de más de 100 millones. Fomento pretende eliminar ese tramo, en el que se repiten los accidentes.

Por otra parte, el conductor de un vehículo falleció ayer en otro accidente de tráfico en la región. Conducía por el kilómetro 23 de la carretera de A Coruña, pasado el casco urbano de Las Rozas. Eran las 17.20 y chocó contra un muro.