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De la alcoba al disco duro

El imparable avance de la tecnología impregna todos los órdenes de la vida. No es exclusivo de los científicos o los expertos en finanzas; su progresivo abaratamiento ha democratizado su uso y su utilización no está restringida al campo laboral. En cualquier caso, Eduardo Borso di Carminati, el único imputado por la muerte de Ewa Striniak, la prostituta asesinada a golpes a finales de abril en Valencia, cumple todos los requisitos para dominar las últimas novedades en el campo de la informática: Es ingeniero industrial y disfruta de una desahogada posición económica. Además, también explotaba las posibilidades lúdicas de los ordenadores: el juez que investiga el fallecimiento de Striniak ha requisado un ordenador de Borso di Carminati, en el que el ya ex decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Valencia anotaba, en una especie de diario, los pormenores de la relación sentimental. Así lo declaró, al menos, la prima de la prostituta polaca, según fuentes de la investigación. La persona más estrechamente ligada a la fallecida aseguró ante la policía que en el ordenador, al parecer, un modelo portátil, el ejecutivo escribía con asiduidad sobre su supuesta amante. Además, según la declaración, el ordenador también contendría un buen número de imagenes, tomadas con una cámara digital, en las que Striniak aparece en diversas situaciones: vestida en un momento normal del día o en poses atrevidas y más sugerentes. El titular del Juzgado de Instrucción número 5, José Manuel Ortega, advertido por la policía, ordenó la incautación del ordenador con el objeto de buscar posibles pruebas sobre la comisión del crimen. La policía aún no ha accedido al disco duro de la máquina. El abogado de Borso di Carminati -que acude diariamente al juzgado y tiene prohibida su salida de España- se opuso al registro del ordenador. Alegó ante el magistrado que éste contiene información esencial para la defensa de su cliente, que siempre ha proclamado su inocencia. Ahora, el juez debe resolver el recurso planteado por Vicente Grima. Mientras, la investigación está siendo parcialmente lastrada por la tardanza de Telefónica a la hora de atender las peticiones de Ortega, quien solicitó los listados de los teléfonos a los que, durante el domingo de autos, llamaron varios de los protagonistas del caso.

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