SAID BENTRIKA UGT INMIGRACION "En Almería, la explotación del inmigrante pisa la dignidad humana"

Said Bentikra nació en Tetuán hace 34 años. Vino a estudiar Geología a Granada y se quedó. Ahora dice, como Clinton, que es la ciudad donde ha visto las puestas de sol más bellas. Pero este dirigente -que trabaja en el área de inmigración de UGT Andalucía- prefiere aparcar las frases románticas y entrar de lleno en la crítica sobre la situación de los inmigrantes. P. ¿Cómo están los inmigrantes que trabajan en Andalucía? R. La situación es desigual. Hay más expulsiones desde Málaga, Granada o Cádiz que desde Almería, donde se necesita mano de obra. En Almería, lo que hay es explotación. La falta de protección laboral hace pensar en el siglo XIV. Allí se necesitan trabajadores y hay un complot entre empresarios, responsables políticos locales y el Gobierno central para que siga habiendo una mano de obra barata. P. ¿No es una valoración muy dura? R. No. La explotación roza el límite de la dignidad humana, o mejor dicho, pisa la dignidad humana. Recuerda los años de recogida del algodón en Estados Unidos. Hay personas trabajando a 50 grados centígrados, con pesticidas y sin ninguna protección. Cuando el jefe entra se pone máscaras. Él sólo está 15 o 20 minutos, pero ellos pasan en los invernaderos nueve o diez horas. P. ¿Y cuál es la solución? R. El problema es que muchos no pueden denunciar la situación porque son indocumentados. La solución pasa por que haya voluntad política para regularizar la situación; por buscar mecanismos distintos al cupo, que es una traba administrativa sin sentido. En Almería hay más de 6.000 inmigrantes indocumentados; es un dato que necesita mucha reflexión. P. Una salida distinta al cupo es difícil... R. La situación de los inmigrantes es catastrófica, sobre todo en Almería. La Ley de Extranjería ha trazado una política rastrera y se siguen aplicando los mismos criterios pese a que la situación ha cambiado tremendamente porque ahora hay una inmigración estable. Hay unos 4.000 hijos de inmigrantes, eso refleja un asentamiento y una integración, pero las políticas siguen siendo las mismas. No tienen en cuenta ese cambio. Es necesaria una ley que acoja a los inmigrantes y que proteja su derecho al trabajo, la sanidad y la enseñanza. P. ¿Y quién tiene la culpa? R. La política de inmigración es siempre de Estado. La comunidad no tiene competencias en esta materia y debe aplicar al pie de la letra normas estatales. Pero la Ley fue elaborada por el PSOE y el PP no la ha cambiado. P. ¿Cómo ve las relaciones entre Andalucía y Marruecos? R. Andalucía ha vivido mucho tiempo de espaldas a Marruecos, ahora las cosas van cambiando a pasos agigantados. Somos vecinos y estamos condenados a entendernos hasta el diluvio.