Van Morrison vende 680 entradas en dos horas para su concierto donostiarra

El concierto de Van Morrison dentro del Festival de Jazz de San Sebastián ha levantado una expectación anunciada, pero no por eso menos llamativa. La organización vendió ayer 680 de las 2.000 entradas sólo en las dos primeras horas de su puesta a la venta. Es uno de los platos fuertes de una edición que anuncia la presencia de Kenny Barron y de Kyle Eastwood, hijo del cineasta, después de que B.B. King clausure el Festival de Bayona.

La programación de la 34ª edición del Festival de Jazz de San Sebastián, que se celebrará del 22 al 27 de julio, se cerró hace algo más de un mes, con una acogida más que calurosa por el público, que apreció la intensidad de las propuestas musicales. Más allá del nombre de Van Morrison se anunciaron las presencias estelares del pianista Herbie Hancock, el saxo tenor Brandford Marsalis y el trompetista Clark Terry, entre otros. Se mantienen sus actuaciones, pero el director de la cita musical, Miguel Martín, anunció ayer algunas modificaciones de su oferta. Habrá que lamentar la ausencia de Courtney Pine, Kenny Garret y Christian Mc Bride, bajas de última hora. En todo caso, los programadores han sustituido su presencia con las actuaciones de figuras de cierto empaque. Durante la Noche verde, el trío de Kenny Barron ocupará la vacante de Mc Bride. El líder del grupo, un pianista moderno, de un sonido sólido y compacto, hace tiempo que se hizo un hueco en el panorama mundial del jazz. Barron, nacido en Philadelphia en 1943, sustituyó a Lalo Schifrin y en el primer lustro de los sesenta trabajó con el grupo de Dizzy Gillespie, lo que da una idea de su brillante carrera. El pianista norteamericano no es la única novedad que suma el Festival de Jazz a su programación. El centro Kursaal será el escenario de la actuación protagonizada el 23 de julio por Kyle Eastwood, un contrabajista que suma a sus méritos el ser hijo del cineasta norteamericano Clint Eastwood, un gran aficionado a este tipo de música. Kyle, quien ha logrado desprenderse por méritos propios de su apellido, ofrecerá un concierto de jazz contemporáneo con su cuarteto. A su propuesta musical hay que sumar la del dúo que formarán el pianista Iñaki Salvador y Chano Domínguez. Llamadas de Johannesburgo En todo caso, el broche de oro de la cita lo pondrá el irlandés Van Morrison. Guitarrista, saxofonista y maestro de la armónica ha realizado incursiones en diferentes vertientes musicales que reunirán a todos sus incondicionales en la plaza de la Trinidad en la jornada de clausura, a juzgar por los datos. Ayer se vendieron 630 de las 2.000 plazas del aforo en dos horas para asistir a su concierto. Los telefonistas no daban abasto en el primer día en que se iniciaba la venta al público de las entradas para todas las sesiones. El concierto más solicitado fue sin duda el de Van Morrison. Hubo llamadas incluso de Johannesburgo. La expectación ha obligado a los organizadores a preparar el sistema de entradas con "más cuidado que en ninguna ocasión", según dijo ayer Miguel Martín. De forma excepcional se han dispuesto dos tipos de localidades: uno de ellos garantizará el asiento en la grada o en sillas y el segundo, no. Las dos cuestan lo mismo: 4.000 pesetas. También hay posibilidad de adquirir abonos para las actuaciones. De los 300, se reservaron ayer 70. Las entradas pueden comprarse en las oficinas del propio festival, a través de Internet, en los cajeros de Servikutxa, Telekutxa y en varios puntos de Vitoria, Pamplona, Madrid, Barcelona y Valencia. El Festival de Jazz de San Sebastián echará a andar tras la clausura del de Bayona, que se celebrará entre el 16 y el 21 de julio próximos. Esta cita musical celebra su décima edición con la expectación puesta en la jornada de clausura. Ese día, B.B. King protagonizará una noche dedicada al blues, en la que también actuará Matt Murphy. Bayona recordará también el centenario del nacimiento de Duke Ellington, que se cumplió ayer, con un encuentro de big bands.