PP y PSOE creen que la alianza nacionalista retrasa la paz en Euskadi

Socialistas y populares coincidieron ayer en que el frente nacionalista es un freno para la pacificación porque más que facilitar el diálogo ha enconado el debate político. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, acusó a los firmantes de Lizarra de lavar la cara a una "ETA derrotada", mientras que el PP atacó al previsible pacto de gobieno nacionalista "porque irá contra los avances de la paz".

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, llegó ayer a Vitoria para arropar a los candidatos socialistas al Ayuntamiento de de esa ciudad, Jesús Loza; a la Diputación alavesa, Fernando Buesa, y a la cabeza de lista al Parlamento Europeo, Rosa Díez. Todavía audibles los ecos de la reunión que mantuvieron el lehendakari Juan José Ibarretxe y el portavoz de Euskal Herritarrok (EH), Arnaldo Otegi, el secretario general de los socialistas reprochó al presidente vasco "no haber conseguido un desmarque inequívoco" de la violencia por parte de HB, y advirtió a ambos que sin frentes y sin Lizarra "la paz estaría mucho más cerca".

Almunia, que en una prolongada intervención explicó pormenorizadamente los pilares sobre los que se asienta la democracia y la validez de la Constitución frente a quienes la están cuestionando, alertó contra alguna de las mentiras que están lanzado los nacionalistas, y explicó que la declaración de Estella sólo ha servido para lavar la cara a "una ETA derrotada que nunca aspirará ya a una victoria sobre la democracia".

Almunia presentó en Vitoria a la candidata a las elecciones europeas por el PSOE, Rosa Díez, quien también atacó al nuevo referente de los nacionalistas: "Es un engaño presentar el acuerdo de Estella como un intento de alcanzar la paz", declaró Rosa Díez, "cuando en realidad sólo es un guión para repartirse el poder".

Para Almunia, la situación política actual, con una tregua de ETA, debería llevar a los partidos a concluir que "estamos" en el punto número 10 del Acuerdo de Ajuria Enea y destacó que lo que falta para entablar un proceso de diálogo entre las fuerzas políticas es que haya un "deseo serio de abandonar la violencia".

Estrategia de ruptura

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró ayer en Segovia que el posible acuerdo de Gobierno en el País Vasco "ha puesto en marcha una estrategia de ruptura, pues se trata, ni más ni menos, de la confirmación de que ETA exige y manda en el frente nacionalista", informa . El ministro argumentó que "si quizás este acuerdo no le convenía al PNV antes de las elecciones, parece que una vez más se imponen ETA y EH, que sin condena expresa de la violencia callejera y otras modalidades violentas consiguen formalizar un preacuerdo respecto al Gobierno vasco". La banda terrorista "tiene miedo al diálogo, no quiere hablar de él, trata de imponer su postura venciendo a los demás", añadió el ministro. Una teoría que también mantiene otro miembro del Gobierno, el vicepresidente Francisco Alvarez Cascos, quien considera que "el pacto nacionalista va en contra de los avances de la pacificación", según manifestó ayer en la localidad asturiana de La Felguera.

Por su parte la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre, resaltó ayer, no obstante, la disposición al diálogo de su partido y, en general, de los no nacionalistas, aunque también advirtió en Bilbao de que "a lo que no estamos dispuestos es a que en mitad de la conversación se nos tire un cóctel molotov encima".

Mientras tanto, el Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna están intentando incluir en el texto del acuerdo de legislatura que prevén cerrar en breve con Euskal Herritarrok una declaración que comprometa a la formación independentista de una forma explícita con una actuación por vías exclusivamente pacíficas y democráticas.

Se trataría de un preámbulo en el que los firmantes nacionalistas ratifiquen su "apuesta decidida, clara e inequívoca" por las vías políticas.

Sin embargo, como ya pasó en el Parlamento vasco, ese aspecto está retrasando la presentación pública del acuerdo de Gobierno.