Francia prevé congelar los gastos del Estado en el 2000
El primer ministro francés, el socialista Lionel Jospin, ha marcado las líneas generales del Presupuesto del Estado para el año 2000. Se trata de una inflexión en la postura tradicional de los Gobiernos de izquierda en Francia, partidarios siempre de que el gasto público actúe como locomotora de la economía nacional.
Por primera vez -los rigurosos presupuestos de 1997 y 1998 fueron en realidad preparados por la derecha y el de 1999 fue modestamente expansivo-, el Estado dispondrá sólo de un 1% más de dinero, cuando la inflación prevista es de 0,9%.
El crecimiento del producto interior bruto se sitúa entre el 2,5% y el 3%, aunque las estimaciones se han hecho a partir de la hipótesis más pesimista en lo que a crecimiento se refiere.
Después de años de ortodoxia monetarista y de créditos caros que acompañaban un déficit en aumento, los Gobiernos franceses intentan desde 1997 delegar la responsabilidad del relanzamiento de la actividad económica en el dinero barato y en la inversión privada. "Hoy, ser keynesiano consiste en reducir los déficit públicos", afirma Dominique Strauss-Kahn, el titular de la cartera de Economía, Finanzas e Industria.
Márgenes pequeños
Las previsiones hablan también de que ese déficit público estará por debajo del 1,2% del PIB del año 2002, en el supuesto de que la economía crezca del orden del 2,5%. Las retenciones fiscales disminuirán levemente y del 46,1% alcanzado en 1997 se bajará a un 45,2%. Este rigor presupuestario no afectará por igual a todos los ministerios. Empleo y Solidaridad, Educación, Cultura, Interior y Justicia dispondrán de créditos superiores a ese 1% fijado como promedio para todos los servicios del Estado. Algunos ministerios, como el de Economía, deberán iniciar, al amparo de las jubilaciones y la informatización, una importante política de reducción de plantilla.
Pero esa austeridad y rigor pueden ser parcialmente engañosos si, tal y como prevé Jospin en las cartas enviadas a sus ministros, "de la estabilización de la carga de la deuda dentro de los gastos del Estado resulta una reducción del déficit y de los tipos de interés".
Si fuese así, "aparecerían márgenes de maniobra en la conducción de la política presupuestaria". Se trataría de "márgenes" muy pequeños, del orden del 0,3%, pero importantes si tenemos en cuenta que en 1997 los gastos del Estado retrocedieron un 2%, absorbidos los célebres "márgenes" por la deuda.
El diario La Tribune avanzó la pasada semana que los planes del Gobierno de Jospin persiguen reducir el peso del gasto público en el PIB desde el 54,4% de 1998 hasta el 53% en el año 2000. Este ajuste se presenta como la "voluntad del Gobierno francés de recortar el gasto público" tras el descenso de los tipos de interés decidido por el Banco Central Europeo (BCE).
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