Cosecha del 79: héroes de Segunda

No se tenían muchas noticias de la cosecha del 79 hasta la fecha. No constaban apellidos resplandecientes en la convocatoria para el Mundial sub 20, ningún muchacho que haya merecido notas al margen entre los cronistas más reputados, ningún chaval que despierte admiración o que provoque la voracidad de los especuladores. El público apenas podía identificar al barcelonista Xavi entre los 18 convocados, a quien se ha visto en Primera División como consecuencia de la lesión de Guardiola. Este grupo anónimo para el gran público se ha revelado de golpe como un serio aspirante al éxito en el Mundial sub 20 que se disputa en Nigeria. Son semifinalistas por derecho (jugarán ante Mali mañana a las 17.00 horas; La 2) y están a las puertas de su primer éxito internacional. ¿Qué les espera cuando baje el telón del Mundial? A la mayoría, una larga maduración por la Segunda División española. Son héroes de Segunda. La cosecha del 79 es una cosecha muy peculiar en ese sentido, muy diferente a otras. Tiene un envoltorio menos brillante, pero el producto parece más maduro. Forman un grupo sólido y competente. Juegan un fútbol práctico y tranquilo. No tienen pájaros en la cabeza. Parece un equipo de gente muy consciente, muy segura de que el camino se les avecina largo: tener un hueco en Primera es hoy en día más difícil que ayer.

Prácticamente todos tienen un agente que guía su destino y sus contratos. Tampoco les falta un acuerdo individual con una marca publicitaria; en sus contratos, consta la correspondiente millonaria cláusula de rescisión. La mayoría tiene acreditados unos antecedentes en selecciones españolas y buena parte de ellos son jugadores en activo, preferentemente en la Segunda División española. A diferencia de otras épocas, no puede hablarse de exclusividad de las grandes canteras: la cosecha del 79 está muy repartida, porque hay jugadores que proceden de Compostela (Coira), del Osasuna (Orbáiz y Jusué), del Celta (Pablo, cedido al Numancia), del Racing (Colsa, cedido al Logroñés), del Sevilla (Marchena) o del Lugo (Alex). Son, ante todo, profesionales, capaces de jugar algunos de ellos en varias posiciones.

Cualquier entrenador de Segunda División tiene más conocimiento del verdadero potencial de estos chavales que sus colegas de Primera. Tal es el caso de Miguel Ángel Lotina, tècnico del Numancia, que se precia de conocer a la mayoría del plantel que está jugando en Nigeria. Lotina alaba la solidez del centro del campo de esta selección, formado por un cuarteto fijo (Varela, Xavi, Orbáiz y Barkero), al que se le unen Gabri y Pablo. De Gabri, por ejemplo, destaca que lo vio jugar en tres posiciones diferentes en un mismo partido: "Jugó de lateral izquierdo, de lateral derecho y luego en el centro del campo. Y puedo decir que cumplió con creces en las tres posiciones. Lo que no tenía controlado, por lo que veo en Nigeria, es su capacidad para jugar de delantero". El caso de Orbáiz, el capitán, también es destacable: "Puede jugar de libre o de medio centro, es rápido pensando, tiene mucho recorrido, este chico me ha impresionado este año". De Orbáiz tienen noticias cada semana en Pamplona, como uno de los titulares del Osasuna. Menos se conoce de Varela, del Betis, que ha sido internacional en todas las categorías, lo contrario que Coira (lateral del Compostela), Bermudo (lateral del Barcelona B) y Marchena (central del Sevilla) que se estrenan.

El detalle más sobresaliente de esta cosecha es su seriedad en el campo nacida de su humildad. Es un equipo que busca el control del partido, desde la tranquilidad que imponen Orbáiz y Xavi: hacen su trabajo, se mueven colectivamente, y siguen adelante.

De llegar el éxito, de superarse el listón del subcampeonato mundial obtenido en 1985, se escucharán de nuevo las alabanzas al progreso de las nuevas generaciones de futbolistas españoles. Y estos chicos del 79 recibirán la mención correspondiente y una modesta prima económica. Luego, caerá el telón.

Y, entonces, volverán a su lugar de origen. A jugar en Segunda o en Segunda B. Y a esperar un hueco en Primera: será en ese punto la implacable ley del mercado la que decida su verdadero estatus en el futuro.