MAMÁ CARLOTA POR BOCACCIO
Mariachis, alegres murales, pinturas de artistas mexicanos (el logotipo es de José Luis Cuevas), una tequilería, cabezas de gallos de pelea, el imponente ojo de Buñuel y música de los setenta cerraron, en la madrugada de ayer, la historia de los Bocaccio, la emblemática discoteca de Barcelona y Madrid donde la gauche divine española (y sus muchos mirones) musitaba decepciones en aquellas inquietas y largas noches del 68. El soberbio local madrileño prolongó su agonía en la calle del Marqués de la Ensenada, hasta hace dos años de la mano de Marcelo Calvo (que acaba de abrir un lujoso XPress, prensa gratis incluida, en la misma zona), y ahora vuelve impulsado por la empresaria mexicana Lucía Hammer y con el nombre de Mamá Carlota, en recuerdo de la mítica disco que en México ocupó durante años un palacete veraniego del emperador Maximiliano y la emperatriz Carlota. A la inauguración acudieron el embajador de EE UU en España, Eduard L. Romero, la actriz María Asquerino (musa eterna del Bocaccio madrileño), José Luis Coll, Juan Luis Galiardo, Sara Montiel, empresarios de la noche madrileña como Alberto de las Heras (Oms) y Eva del Prado (Soul Kitchen), políticos como Txiki Benegas, periodistas como José Luis Balbín y otros muchos famosos que buscan en la noche un lugar que junte ajetreos y ruido con el acogimiento y las comodidades que exigen la buena conversación.- ,
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