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PATRIMONIOLOS FONDOS INCLUYEN OBRAS DE PICASSO, GRIS, MIRÓ Y GONZÁLEZ

El Consell reactiva la Fundación Frax de L"Alfàs del Pi para recuperar un valioso legado cultural

Una importante colección de obras de arte y un nada despreciable legado patrimonial, podrían ponerse a disposición pública en los próximos meses después de que la Consejería de Presidencia haya decidido intervenir en el desbloqueo de la Fundación Frax, Paz, Bondad y Verdad, creada en 1977 con los fondos que aportó en vida el registrador de la propiedad José Frax. [EN] El legado lo componen cuadros de Pablo Picasso, Francis Bacon, Salvador Dalí, Eduardo Chillida, Julio González, Vázquez Díaz, Juan Gris, Joan Miró y Joaquín Sorolla, entre otros; varias fincas en la provincia de Alicante, esculturas, una biblioteca integrada por 2.000 volúmenes y una aportación en metálico de unos 256 millones de pesetas.

Las obras de arte, los inmuebles, los libros y el dinero permanecen bloqueados por un farragoso litigio iniciado por la hija de Frax, Alicia, que a la muerte del procurador impugnó en los tribunales el legado fundacional. Todos los movimientos de diversas administraciones públicas para desbloquear la Fundación Frax han resultado, hasta ahora, infructuosos. Desde 1991 el Ayuntamiento de L"Alfàs del Pi, sede del legado, lo ha intentado en repetidas ocasiones, sin éxito. En el verano de 1993, la escritora Pilar Pedraza, por entonces consejera de Cultura del Gobierno socialista de Joan Lerma, tomó las riendas de la fundación para recuperar el valioso legado, pero la complejidad del proceso judicial frustró el objetivo. Traspasadas las competencias en materia de fundaciones a la Consejería de Presidencia, hace dos años, el titular del departamento, José Joaquín Ripoll, se ha decidido por actuar de nuevo, ejerciendo el protectorado sobre la fundación y encargando un saneamiento jurídico del ente. Mientras el abogado contratado al efecto tramita cuantos documentos son necesarios para desbloquear la Fundación, Presidencia ha contratado a una empresa para que finalice la construcción de la sede social de la entidad, un edificio de corte modernista, de 2.500 metros cuadrados útiles, que hoy se levanta a medio construir junto a la playa de L"Albir, en L"Alfàs del Pi. Las obras se iniciaron en 1991, pero tras el fallecimiento de José Frax en noviembre de ese mismo año su hija y única heredera, con residencia en Bruselas, impugnó el testamento y quedaron paralizadas. Paralelamente, los técnicos analizan los fondos culturales y patrimoniales legados. Los iniciales patronos (el galerista Fernando Mignoni, su hija Emilia, Alicia Frax, el notario de Altea y el alcalde de L"Alfàs) no han ejercido como tales desde el proceso judicial, de ahí que el Consell haya ejercido el protectorado. Paradero desconocido El paradero de la colección de cuadros se desconoce. Depositada hasta principios de 1993 en la galería Theo de Madrid, las obras fueron entregadas por Fernando Mignoni, bajo presencia notarial, a los representantes legales de Alicia Frax. La titularidad del legado desató un farragoso litigio que ha durado años. La Fundación se constituyó, en vida de José Frax, en 1977. Empezó a funcionar en 1991, cuando el fundador decidió establecer la sede en L"Alfàs del Pi y comenzaron las obras del edificio después de que Benidorm rechazara la oferta. La actuación de Alicia Frax en defensa de sus derechos hereditarios paralizó la construcción, por la que en 1993 se debían más de 80 millones de pesetas a la empresa Intagua. Ese mismo año, la Consejería de Cultura se decidió a intervenir, disolvió el patronato y nombró a Francisco de Asís Serrano, letrado de la Sindicatura de Cuentas, comisario especial para sustituir a los patronos en el ejercicio de sus funciones. Todo quedó en nada. Tras la reactivación del conflicto, se han levantado expectativas en el Ayuntamiento de L"Alfàs del Pi, que lleva ocho años reclamando una solución para el edificio abandonado junto a su playa, que reúne condiciones para convertirse en un referente cultural de la comarca de La Marina Baixa. Presidencia tiene intención de acabar el inmueble para reconvertirlo en un centro cultural polivalente, aunque todavía no está decidido el destino de la colección de arte ni el uso que se dará a las fincas que integran el legado. El alcalde de la localidad, Antonio Fuster, aporta por su parte la idea de que el edificio acoja una extensión de la Facultad de Bellas Artes de Altea, adscrita a la Universidad Miguel Hernández.

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