Tratamiento VIP para un estudiante de BUP
El primer torneo del "grand slam" espera expectante a Sergio García, un 'amateur' castellonense de 19 años a quien ya comparan en Estados Unidos y Gran Bretaña con el mismísimo Tiger Woods
Dinosaurios, jornaleros, estrellas y... Sergio García. Augusta ya espera a los jugadores de golf que transformarán esta tranquila ciudad de Georgia en la capital deportiva del mundo durante cuatro días, a los protagonistas del Masters, el primer torneo del año del grand slam.Entre ellos estarán los de siempre. Y también uno nuevo. El habitual fenómeno que irrumpe ante una afición expectante. Normalmente es un norteamericano convenientemente inflado por los vendedores de estrellas, pero este año, no. Este Masters el jugador nuevo que más ha dado que hablar será un estudiante de tercero de BUP nacido en Castellón. Para él, para Sergio García, un amateur que ha logrado su plaza gracias a su victoria en el British Amateur, la organización del Masters, siempre atenta al detalle, ha preparado un auténtico tratamiento VIP (very important person), de auténtica personalidad del golf.
Un detalle: el exclusivo Augusta National Golf Club, dueño del campo y del torneo, prepara todos los años media docena de conferencias de prensa oficiales para presentar a los mejores jugadores. Este año, entre ellos, junto a Woods, Duval, Westwood, estará... Sergio García. Será la última, el miércoles. Otro detalle: Sergio, de 19 años, ya tiene lleno el carnet de baile, los compañeros de partida los días de entrenamiento. El lunes serán los españoles, que exhibirán el hecho de ser cuatro por primera vez: Ballesteros (ganador en 1980 y 1983), Olazábal (1994) y Jiménez (que no pasó el corte en 1997), serán buenos maestros, pero quizás no tanto como Woods (1997) y O"Meara (1998), con los que jugará el martes.
Sergio García será el jugador de referencia, la diferencia dentro de la fauna habitual del Martes.
Los dinosaurios, tan apreciados por el público y los organizadores del torneo, categoría de la que se apea, tras 40 años participando ininterrumpidamente, el oso dorado, Jack Nicklaus. Al plusmarquista de victorias en el Masters (seis), se le implantó hace unos meses una cadera metálica. Pero el caudal de la categoría no disminuye. Ingresan Severiano Ballesteros y Nick Faldo, dos jugadores aún jóvenes para los estándares del golf (42 años), pero con un juego más próximo al de viejas glorias.
Los jornaleros, otra de las clases sociales del Masters, forman la categoría más amplia y la más gris. Una especie mayoritaria y sin glamour que fue redimida espléndidamente el año pasado por Mark O"Meara, ganador improbable e impensado. Un viejo (el de más edad entre los ganadores, a sus 41 años) autor de un acto de justicia social apabullando a Tiger Woods y compañía de jugadores estelares. Reivindicó así a un tipo de golfistas que tienen en Tom Lehman a su jugador típico.
Las estrellas forman siempre, dicen, el grupo más cambiante. Sin embargo, desde el génesis, descubrimiento y brillo espectacular de Tiger Woods en 1997 una plaza ya es fija. Desde entonces, las horas previas del Masters están condenadas a convertirse en una discusión sobre los (imposibles) puntos débiles del joven jugador norteamericano y las (imposibles) virtudes que podrán conducir a la victoria (imposible) al rival de turno. Con los Mickelson, Couples, Love y otras figuras de antaño ya en su tránsito hacia la nevera de los jornaleros, el rival de turno se llama en 1999 David Duval. Si en el Masters no ha podido ser algo mejor que segundo (el año pasado), en la clasificación mundial, sin embargo, ya ha adelantado al Tigre. Duval, un norteamericano de 27 años, es número uno desde el lunes pasado gracias a su triunfo en el TPC, un torneo durísimo, considerado el quinto grand slam (los cuatro grandes oficiales son el Masters, el Open Británico, el Open de Estados Unidos y el PGA).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.