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El PP proclama a Barberá y Giner en un clima de euforia al que no es ajeno la crisis del PSPV. Videos y "Chanquete"

Bajo los efectos de la euforia y la autocomplacencia, el Partido Popular celebró ayer la proclamación de su candidata a la alcaldía de Valencia, Rita Barberá, y de Fernando Giner, designado para ocupar la Diputación de Valencia. El presidente del Consell, Eduardo Zaplana, no evitó referirse a la crisis que atraviesa el partido socialista -"somos gente unida que no se pelea por un cargo"-, una situación que achacó a la "buena gestión" de su Gobierno y a la "impotencia política" del PSPV. Unas 2.000 personas asistieron al acto que se celebró en el palacio de Congresos de Valencia.

"La persona que nos ha devuelto el orgullo de ser valencianos: Eduardo Zaplana". La voz en off que dio paso al presidente de la Comunidad resumía el ambiente de autosatisfacción y triunfalismo que ayer compartieron los 2.000 militantes, simpatizantes y cargos públicos que acudieron al Palacio de Congresos de Valencia para aclamar a sus candidatos a la alcaldía y la Diputación de Valencia. "Somos gente unida que no se pelea por un cargo", comentó Zaplana al poco de tomar la palabra en el estrado. Pese a repetir contínuamente su "respeto" y "comprensión" por la delicada situación por la que atraviesa el PSPV, el presidente del Consell no evitó abordar abiertamente la crisis que produjo la dimisión de Joan Romero al frente de los socialistas valencianos ni esconder la satisfacción que flotaba entre las filas populares. "Si los demás están en crisis, tiene mucho que ver nuestra buena gestión" manifestó el presidente del Ejecutivo valenciano, que mostró un especial celo en evitar pronunicar la palabra "socialistas" o la de cualquier político del PSPV. Tampoco hacía falta. "Es una crisis por falta de argumentos, por impotencia política" provocada por que "los ciudadanos saben que hasta el año 1995 las cosas no iban bien y ahora sí", señaló un bronceado Zaplana. El presidente del ejecutivo valenciano mostró tal seguridad en vencer las próximas elecciones del 13 de junio que se atrevió a pronunciar un epitafio político por adelantado: "Quiero que la etapa de gobierno del PP se recuerde como la de mayor esplendor de la Comunidad Valenciana". También hubo alabanzas hacia Rita Barberá, en una mañana donde la alegría por la crisis socialista se fundía con un intenso fuego cruzado de halagos. "La alcaldesa es un lujo para Valencia, gracias a ella la ciudad es puesta de ejemplo por todas partes". El ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, se apuntó tanto a los agasajos hacia Zaplana, Barberá y Giner como a las críticas hacia los socialistas. Incluso felicitó al presidente del Gobierno, José María Aznar, por sus logros, entre los que destacó haber "cuadrado el círculo" al mantener a la Comunidad como zona de Objetivo 1 en cuanto a recepción de fondos comunitarios, en un discurso marcadamente electoralista. Para el ministro, que acudió a apoyar a los candidatos, la oposición sólo se limita a intentar "embadurnar" su partido de actuaciones corruptas ya que, dijo, no son ni alternativa ni tienen la capacidad de constituír un liderazgo. Una postura que mantiene, dijo, por su "incapacidad y la falta de planteamientos que tienen en estos momentos". El blanco de los mayores obsequios semánticos, Rita Barberá, fué también quien más se extendió en la autocomplacencia. En un detallado recorrido a lo largo del cual presentó los logros de su gobierno municipal -Plan de El Cabanyal, Solar de Jesuítas, cheque escolar, programa de alumbrado de Valencia- y de sus promesas -Parque de Cabecera, Central, llegada del Jardín del Turia al mar, uso social de la dársena central del puerto-, Barberá tuvo la delicadeza de saltarse los párrafos más beligerentes de su discurso que aludían a la "quiebra interna" y "actitud irresponsable" de los dirigentes socialistas. "Vamos a respetar las dificultades del socialismo valenciano", señaló Barberá. Lo que parecía una consigna, repetida por todos los dirigentes populares, no evitó las recurrentes críticas a los socialistas que también aparecían diseminadas a lo largo del discurso de Barberá. Fernando Giner, candidato a la Diputación, su actual presidente, José Díez y el presidente de la institución durante los últimos tres años, Manuel Tarancón, también se dirigieron a los asistentes al acto que se cerró con los acordes del himno de Valencia, que cantaron diversos dirigentes populares en el estrado, Zaplana incluído.Los organizadores exprimieron al máximo las posibilidades que ofrecía la pantalla de vídeo que presidía la sala de reuniones donde ayer se celebró el acto. Constantes zooms, cambios de planos que buscaban a los aludidos en las intervenciones y travellings que perseguían los paseos triunfales de los políticos hasta el estrado mostraban un notable despliegue técnico y de puesta en escena. Pero no todo consistió en la retransmisión en directo del acto. Antes de la intervención de Giner y Barberá, una especie de publirreportaje promocional narraba las excelencias humanas y los logros políticos de los dos candidatos. En el caso del primero, un paseo con mujer e hijas en un paisaje bucólico, e imágenes destinadas a mostrar la capacidad política del candidato a presidir la Diputación de Valencia. En cuanto a Barberá, con la canción Everywhere (por todos los lugares), del grupo estadounidense Fleetwood Mac de fondo, se sucedían imágenes de inauguraciones diversas, baños de masas, firmas de autógrafos y repetidos saludos con todo tipo de gente. Monjas, ancianas en sillas de ruedas, niños, Yoko Ono, Lauren Bacall, Isabel Tocino, José María Aznar, ni siquiera el secretario general de la OTAN, Javier Solana, se salvó de aparecer junto a Barberá. Tampoco el actor valenciano Antonio Ferrandis, Chanquete en una famosa serie televisiva de los años 80. Inevitable en este tipo de actos, se encontraba sentado entre las personalidades y cargos institucioneles del Partido Popular.

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