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Federalistas [HH] MIQUEL CAMINAL BADIA

Uno de los mejores documentos recientes sobre el federalismo pertenece al PSC y tiene por título Per Catalunya. Ara, un nou federalisme. Y uno de los peores documentos corresponde al PSOE: La estructura del Estado. Política autonómica y municipal del PSOE. La distancia entre ambos es abismal, no sólo en los contenidos sino también en la sensibilidad federal. El PSC tiene un problema con el PSOE, que parece imbuido de la misión histórica de salvar a España de sus enemigos: "El derecho de autodeterminación no existe en ninguna Constitución democrática". Y dice para mejor entendimiento: "El hecho fundacional de las autonomías es la Constitución y fue la soberanía originaria del pueblo español la que determinó el modelo territorial. No aceptamos referencias medievales ni cuestionamientos de la soberanía popular que den lugar a propuestas institucionales como las referencias confederales, autodeterministas y otras semejantes". Más claro que el agua: no y no. Palabra del PSOE. Veinte años después de aprobada la Constitución no se pueden escribir documentos tan cerrados, defensivos y en estado de alerta permanente. ¿Guardianes de qué? No comprendo cómo alguien se puede identificar como federalista y escribir de forma tan nacionalista. En el PSOE necesitan un curso intensivo de federalismo, empezando por la lectura del documento del PSC: "Nos encontramos en una nueva situación que nos pide un paso adelante más en el pacto constitucional para avanzar en la consolidación de una España plurinacional, democrática, federal". El PSC no utiliza en el texto mencionado la palabra autodeterminación, pero sí su significado: "El hecho nacional se expresa por la voluntad del pueblo de Cataluña de constituir una comunidad política diferenciada que decide en última instancia por sí misma sobre los aspectos fundamentales de su identidad colectiva". Qué distintas suenan las palabras cuando las cantan sensibilidades contrapuestas. El federalismo del PSOE es, en realidad, una actitud racional no deseada. Y las ideas forzadas se acaban combatiendo. La manera más inteligente de frenar los nacionalismos periféricos no es acentuar el nacionalismo español, sino cambiar la dialéctica del enfrentamiento nacionalista por la deliberación federal. Esto deberían hacer Borrell y la dirección del PSOE, pero hacen lo contrario. Incluso desbordan al PP en sus andanzas españoleras. Es verdad que no es fácil introducir el discurso federal en plena efervescencia nacionalista, pero como mínimo hay que pronunciarlo. ¿Por qué no cambian su papel de guardianes de España por el de impulsores de una España plurinacional? Sólo imaginar a Chaves, Ibarra y Bono defendiendo la reforma del artículo 3 de la Constitución para que todas las lenguas del Estado sean iguales parece propio de la locura política, cuando sería lo normal y lo justo. También lo sería tomar la iniciativa de abrir vías de desarrollo del citadísimo artículo 150.2 de la Constitución, en vez de subrayar negativamente que este artículo "debe interpretarse como un instrumento para la perfección del sistema, para complementar el modelo, pero nunca como una puerta abierta al infinito o como el mecanismo de alteración a la asignación competencial básica que establece el Art. 149". Siempre con las mismas reservas, desconfianzas, recelos, envidias y falta de visión de Estado. El PSOE es el partido español que tiene una distribución territorial más equilibrada, con presencia relevante en las nacionalidades, y se hace el autista ante la evidencia de la plurinacionalidad. La cohesión nace de la diversidad y no es un requisito previo, señores del PSOE. Antes que españoles, los catalanes somos catalanes. Y los vascos y los gallegos y los andaluces y los demás. Nunca me ha gustado el uso y abuso del concepto hecho diferencial,porque distorsiona y reduce las identidades nacionales a peculiaridades o características diferenciales de la identidad primera, previa e indiscutible: la nación española. No estoy de acuerdo. Lo tiene complicado el PSC con este PSOE tan españolizante. Pero no debería perder la oportunidad de hacer pedagogía federal desde el catalanismo de izquierdas. Una de las cosas buenas del proyecto de Maragall (ya escribiré otro día sobre las que me parecen malas o insuficientes) es que ha asumido sin reservas la bandera del catalanismo como propia, acabando con el monopolio pujolista. Es coherente con la larga tradición federalista de un catalanismo de izquierdas y es la única forma de afrontar unas elecciones autonómicas con posibilidad de victoria. En Catalunya no hay ni habrá "frentes nacionalistas", porque el catalanismo abarca a casi todos y, al mismo tiempo, no es patrimonio de nadie. En Cataluña somos antes federalistas que nacionalistas, incluidos Pujol y Duran Lleida, que son antes pactistas que nacionalistas. Nacionalista al estilo vasco, pero sin violencia, sólo lo es Colom. Y es que se puede afirmar la nación catalana sin necesidad de ser nacionalista.

Miquel Caminal Badia es profesor de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona.

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