La obra "La puta enamorada" arrasa en los Premis de les Arts Escèniques que otorga la Generalitat

Ha sido un pleno en toda regla. La puta enamorada, estrenada la temporada pasada en el Espai Moma, de Valencia, se alzó anoche con los cinco galardones mayores en su especialidad de los Premis de les Arts Escèniques correspondientes a 1998 que concede la Generalitat Valenciana. Los galardones fueron entregados anoche en una gala celebrada en el Teatro Principal de Valencia. La Puta enamorada ha conseguido nada menos que los premios al mejor espectáculo (Arden Producciones), mejor texto (Chema Cardeña), mejor dirección escénica (Antonio Díaz Zamora), mejor actriz (Esther Alabor) y mejor actor (Joan Carles Garés). Se consolida así el proyecto del equipo de la compañía fundada por Chema Cardeña y Joan Carles Garés en 1995, y se reconoce de paso el excelente trabajo de Antonio Díaz Zamora como director invitado en esta ocasión. Otros premios de postín han recaído en la compañía de Vicente Sáez, que recibe el de mejor espectáculo de danza por Lilah (este montaje, elaborado a partir de músicas del Misteri d"Elx, podrá verse en el Principal del 25 al 28 de marzo), así como el de mejor intérprete de danza otorgado a Vicente Sáez, mientras que el Teatro de la Abadía, de Madrid, que dirige José Luis Gómez, ha obtenido el premio al mejor espectáculo de producción foránea por El señor Puntila y su criado Matti. El escenógrafo José María Castanheira, por el San Juan de Max Aub, el diseñador de vestuario Joan Miquel Reig, por I perdona les faltes d"ortografia, el iluminador Josep Solbes, por San Juan y el músico Jorge Gavaldá, por Hu-mano, han sido otros de los premiados en esta edición. Antonio Gades se alza con el premio a la mejor dirección coreográfica por Fuenteovejuna, mientras que la Escola Municipal de Teatre de Silla recibe el premio Micalet y Queta Claver es obsequiada con el Pedro del Río a una trayectoria profesional. A la gala de anoche no asistieron ni el consejero de Cultura, Manuel Tarancón, ni la directora de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, de viaje a Madrid, donde el presidente Zaplana recibía un premio.