El CCCB milita a favor de la regeneración del espacio público con una exposición
A lo largo de este siglo, el espacio público urbano ha degenerado hasta límites delictivos. Desde hace unos 20 años han empezado a realizarse proyectos en diversas ciudades europeas que intentan paliar estas graves deficiencias con el objeto de recuperar para el ciudadano lugares de convivencia y bienestar común. De esta historia y estos proyectos trata, con una voluntad militante a favor de esta regeneración, la exposición La reconquista de Europa. Espacio público urbano (1980-1999), que ayer se inauguró en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).
La exposición, que estará abierta hasta el 20 de junio, se inicia con unas proyecciones de cine rodadas en 1897 por los hermanos Lumière en las que aparecen calles y plazas de distintas ciudades europeas donde parece que la convivencia entre el tráfico rodado y los viandantes era aún posible. Sigue un vídeo de la productora francesa Gaumont, rodado en los años veinte, que con cierta comicidad se aprecia cómo el aumento de coches obligó a cambiar por la vía expeditiva -semáforos y policías- el libre albedrío de los peatones. Hasta aquí, la cosa podría tener un punto de nostalgia imposible. Pero la tercera parte de la exposición es demoledora. Consiste en la presentación de una serie de trípticos fotográficos realizados por Alain Blondel y Laurent Sully Jaulmes que reflejan un mismo lugar de la periferia francesa en los años 1910, 1970 y 1990. Una foto al lado de la otra y desde el mismo punto de vista. Podría ser cualquier ciudad y en todos los casos provocaría la misma sensación de desolación. Casi siempre, en la última fotografía no hay personas porque el espacio público ha desaparecido bajo el peso del hormigón. Es un trabajo que enlaza con los grandes dibujos de El Roto que puntean la exposición y plasman gráficamente las consecuencias de esta destrucción sistemática de las ciudades. "Desde el final de la II Guerra Mundial nos hemos pasado un poco en el vaciado de los usos y contenidos del espacio público", afirma Albert García-Espuche, comisario de la exposición junto a Teresa Navas. "Desde los años ochenta, ha habido una cierta recuperación de estos valores. Reconquistar el espacio público es también recuperar la ciudad y, en un continente de ciudades como Europa, también significa reconquistar Europa. Es algo que se ha iniciado y que debe continuar. Esta exposición pretende en positivo promover esta recuperación". Esta parte se hace a través de la presentación de proyectos concretos realizados en distintas ciudades europeas que se han seleccionado no tanto por sus valores estéticos como por su función "socializadora". Es decir, que se han tenido en cuenta proyectos que dan prioridad a la utilización pública de estos espacios por los ciudadanos en función de la movilidad y el intento de reequilibrar las desigualdades sociales. En este apartado de la exposición se explican unos 30 proyectos, entre los que se han destacado especialmente cuatro mediante audiovisuales. Se trata de los proyectos de Cours des Cinquanta Otages en Nantes -transforamción de una gran avenida que separaba dos zonas del casco histórico de la ciudad en una calle con tráfico reducido, tranvía público y grandes áreas peatonales-; la rehabilitación del barrio de Le Prainet Décines en Lyón -un polígono de los años setenta en el que prácticamente no había espacio público-; el parque metropolitano de Duisburgo -una zona industrial que se había abandonado y ahora se ha reconvertido en parque lúdico conservando parte de los edificios industriales- y el recubrimiento de la Ronda del Mig en Barcelona. La exposición finaliza con una mirada al futuro mediante fotografías y preguntas referidas a espacios barceloneses como las plazas de Catalunya, Lesseps o Glòries.
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